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Nunca antes hizo tanta falta la ñ

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El mejor titular, el más exacto y asertivo en la mañana de hoy en la prensa nacional y regional, es el del diario La Verdad, en Maracaibo. Lejos de titular con lo obvio –“Nuevo cono monetario”-, La Verdad nos pone en alerta: “¡Cuidado con equivocarse!” ¿Por qué nos vamos a equivocar? Pues porque nos han dado exactamente el mismo billete de antes, solo que ahora tiene otro valor. La Verdad dice: “Son los mismos próceres pero ahora tienen más ceros. Los rostros de Francisco de Miranda, el Negro Primero, el Cacique Guaicaipuro, Luisa Cáceres de Arismendi, Simón Rodríguez y Simón Bolívar se mantienen en el cono monetario venezolano que el Banco Central se jacta de llamar “nuevo”. Aquí se lo presentamos para que no haya confusión porque el que usaba para pagar 2 bolívares ahora con ese paga 500. Eso nos recuerda que en el 2008 necesitábamos un billete de 2 ahora uno de 500.”

Tiene razón La Verdad cuando entrecomilla el calificativo nuevo. Este no es ningún cono nuevo. Nunca antes hizo tanta falta la ñ. Esto es lo mismo pero con muchos más ceros, lo cual evidencia nuestra debacle económica. Como bien dicen aquí, en el año 2008 necesitábamos un billete de 2 bolívares. Hoy ese no sirve para nada. Eso sí, ahora vale 500 bolívares. Pero, como nos advierte El Nacional, con ese billete de 500 usted apenas puede comprar un café pequeño. Lo más grave, en el 2008 el billete de 2 bolívares compraba más de lo que compra el billete de 500 en la actualidad.

Recordarán que cuando se le quitaron los ceros a nuestra moneda, para que le diera paso a ese supuesto bolívar fuerte, la idea era consolidar de alguna forma en el imaginario popular que no estábamos tan mal. Pues todavía, a la fecha de hoy, ocho años después, son muchos los que siguen manejando la referencia del viejo bolívar. Es otras palabras, cuando a usted le dicen 100 ellos dicen 100 mil, porque los tres ceros eliminados quedaron flotando en la cabeza de estas personas, y no les falta razón. Si es así, el billete nuevo de más alta denominación, el que tiene la cara de Bolívar, el que valía 100 y ahora vale 20 mil, y que sirve, según El Nacional, para comprar una caja de leche de larga duración, es en realidad un billete de 20 millones de bolívares.

Y cuando usted tiene en su poder un billete que supuestamente vale 20 millones, la verdad verdadera es que ese billete no vale absolutamente nada. En rigor, como esos billetes que emite el instituto emisor, es nuestro país, con su destartalada economía, el que termina valiendo nada. Esto produce pena, impotencia y, sobre todo, rabia.

Desde el 2008, cuando le quitamos los ceros a la vieja moneda, salimos en un largo y tortuoso peregrinar a ver si recuperábamos algo de una economía medianamente solida. Ahora nos damos cuenta de que solo caminamos en círculos y llegamos al mismo punto de partida. Agotados, derrotados, quebrados y empobrecidos hasta lo indecible.

Bienvenido el billete de 20 millones de bolívares

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