Rosita

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  Ayer en nuestro foro a propósito del proceso del Proyecto de Ley de Amnistía, presentado en la Asamblea Nacional, tuvimos que hablar de este singular personaje conocido como “Rosita”; su verdadero nombre es Jimena Araya. Recuerdo que hubo varias oyentes que reclamaron por el twitter, por qué le estábamos dando tanta importancia a Rosita. Pues en realidad no se la damos nosotros, Rosita ha pasado a ser una noticia de mucho peso en estos días post-electorales.

  Ayer la mención a Rosita era inevitable, porque mientras se está discutiendo una Ley de Amnistía, salía de la cárcel la joven Rosita diciendo que creía en la justicia. Y en la cárcel estaba por un delito nada pequeño: por haber ayudado a la fuga nada menos que del «pran» de la cárcel de Tocorón. Pero eso pasa a ser casi un detalle anecdótico en un país donde los “pranes” mandan; tanto mandan que hasta negocian con el Presidente de la República. Así pues, que una vedette de la televisión haya ayudado a escapar a un “pran”, es algo sin importancia.

  Necesariamente teníamos que aludir a ello por la muy cruel paradoja que significa que en el país donde hay presos políticos y donde hay gente malviviendo y muriéndose en las cárceles, haya una presa tan privilegiada como “Rosita”. Vino luego otro twitter a propósito del comisario Simonovis, -recordarán que ayer en el foro nos acompañaba su esposa, Bony Pertiñez de Simonovis-, el oyente aludía al comisario Simonovis diciendo que estuvo involucrado en un Golpe de Estado y ocasionó muertes. Es bueno recordar que la causa por la que supuestamente está preso Simonovis y por la que supuestamente se le termina condenando a la pena máxima de treinta años, nunca fue comprobada, la participación del comisario en las muertes del 11 de abril, no quedó comprobada para nada. Ni la de él, ni la de los otros comisarios. Por lo tanto, la acusación no procede, no tiene sentido. Pero menos sentido tiene cuando la comparamos con el caso del Presidente Hugo Chávez. Porque el oyente decía: “Simonovis participó en un golpe”. Aquí quien sí participó en un golpe y lo lideró fue Hugo Chávez. Un golpe que dejó una buena cantidad de muertos, soldados que no sabían a dónde se les mandaba, que quedaron sangrantes en las calles de Caracas, frente a la Casona, al Palacio Blanco, a Miraflores. Este líder y responsable de esa cruenta asonada golpista fue puesto luego en libertad y hoy en día es el Presidente de la República.

  De manera, pues, que estamos hablando de un país donde no todos somos iguales. Y es, como lo define Laureano Márquez en su editorial de hoy en Tal Cual, lamentablemente “El país de Rosita”. Basta leer el primer párrafo: “Puse en Google “Rosita Jimena Araya” y aparecieron 1.220.000 resultados de la búsqueda. Puse luego Arturo Uslar Pietri y salieron 325.000. Definitivamente este es el país de Rosita, no de Uslar. Era la distinción que Aristóteles realizaba entre esencia y accidente. Rosita esta en el terreno de la esencia nacional, Uslar es un accidente de la historia.

Rosita también va a convocar una rueda de prensa próximamente para aclarar todo. Pero así de entrada, al momento de su libertad provisional nos dice que “cree en la justicia venezolana”. La jueza Afiuni, la doctora Galeno, Simonovis, el resto de los comisarios y todos los restantes presos políticos seguramente no pueden decir lo mismo. Es como el momento perfecto, diputado Ojeda, para reeditar el libro “¿Cuánto vale un Juez?”

  A pesar del disgusto inmenso de las oyentes ayer, por dedicarle tanto espacio a Rosita, hoy estamos obligados a volver sobre el tema. Son los penosos detalles que caracterizan a este país, por lo visto, según lo apunta Laureano, más de ella que de nosotros.