Por: Xariell Sarabia
Suerte tiene uno de despertarse en Caracas, los pájaros te anuncian el inicio del día, pero cuando no son ellos, sino que de sopetón con los ojos abiertos la pesadilla es inmediata, porque te advierten de la mala noticia que ya venezolanos comentan sobre el gran músico. Aquiles nos aguó la arepa y no es una de sus conocidas jodas, esta es el Aquí les Bá ez te coñazo.
Y bueno, por dónde empezar, no con el pana sino con el maestro, no descansó nunca, tocó donde sea, en cualquier casa. Por ejemplo, en algunas casas hubo inmejorables encuentros, seré desordenado con los tiempos, después pondremos orden, continuo, “Estábamos como pensando a la vez, ¿qué tal si grabamos un disco de puras tonadas, con guitarra, apenas con cuatro, te parece? Me dijo mi hija Bettsimar, y yo le dije: aparta el estudio, eso me gusta. E inmediatamente y sin hablar, nos vimos en el estudio haciendo música. Bettsimar se trajo a Aquiles a Nené (Quintero) así mismo llegó Roberto (Koch). Tres de los más importantes músicos que tiene nuestro país, llegaron allí como traídos por Dios. Ellos comenzaron a tocar cual si lo hubiesen ensayado algún día, eran algo que traían por dentro. Aquiles hizo de puntero y yo lancé mis pinceladas de viejo cabrestero. Todo fluyo tal como se escucha, una divinidad………….” Habla el maestro Simón Díaz en la portadilla del disco Sabaneando, (2005) en donde buscaban, Aquiles y los susodichos, algo que encajará en el movimiento World Music. Este es uno de los discos que mejor atesoro del Tío Simón, y de Aquiles.
En 2007 Aquiles monta La Patilla, con un trabuco para tocar su música, caramba, hablo de Pablo Gil, Roberto Koch, Huascar Barradas, Gerardo Rosales, Alexander Livinalli, Adolfo Herrera, Diego Álvarez, Wilmer Montilla y una invitada muy especial, la gran jazzista internacional clarinetista israelí Anat Cohen. De este disco me suenan siempre sus piezas conocidas como su gaita de tambora “A San Benito”, el joropo “Buscando caimán en boca e’caño”.
En 1994, en uno de sus primeros discos de pura guitarra, sin acompañamiento, nada más que el gran Rodrigo Riera comenta “…….este valor venezolano, autentico de nuestro sentir, pronto nos representará en el mundo de la música como un genuino adorador de nuestra señora La Guitarra. Aquiles estoy seguro que con tu trabajo guitarrístico musical no será una esperanza sino una realidad”. Un “San Rafael” suena maravilloso, trancao, hermoso, con su aquilismo. Aquiles igual juega con “Son en Montuno”. Toca él solito con su guitarra “The Fool on the hill” de unos tales Lennon & McCartney.
En 1997 hace otro disco Rasgao de pura guitarra, me encanta lo que hace en su pieza “San Juan Bautista” con su guitarra buscando la percusión, con ese swing. También se da durísimo con su propio “Gabán”, y de nuevo se divierte con el joropo.
Por cierto se me perdió mi LP de La Platabanda, creo que su primer disco, nunca salió en CD. El trabajo de los merengues, lo novedoso lo recuerdo de aquellos tiempos.
En 2003 Aquiles graba Reflejando el Dorado, de nuevo la fusión es primorosa ese disco empieza con una gaita “La Abuelita” con solos del invitado especial Alfredo Naranjo en el vibráfono y del propio Báez en la guitarra. El dúo vuelve a repetir en el tema “Reflejando el Dorado”, suave y tierna canción que el siempre e imprescindible Roberto Koch hace maravillas también con su contrabajo. Pura sabrosura es “Cañoneando”, donde suenan claro y raspao el clarinete de Eloy Salgado, la batería de Andrés Briceño y propio Aquiles con sus cuerdas. Las destrezas del guitarrista Aquiles Báez se detectan de inmediato en “Mañana Tuyera”, las maracas no solo acompañan, es que, claro, Ernesto Laya Layita, las toca. Vuelve a sonar el clarinete de Salgado, la batería de Briceño, las maracas de Layita, el bajo de Koch, el cajón de Livinalli en “La Tostonera” en lo que el propio guitarrista y compositor llama música tradicional heavy.
Aquiles acompaño a casi todos, mejor dicho a casi todas damas cantantes de música venezolana y de boleros de los noventa hasta hoy en día, ¡ah!, recuerdo el disco con Esperanza Márquez, últimamente estuvo al lado de la gran Betsayda Machado. Pero en 2005 el disco con el tenor Aquiles Machado, llamado Machado & Baéz la Canción Venezolana, es uno de los mejores regalos que nos hace Aquiles, todo, todo él es una maravilla, tiene que estar sonando siempre en nuestras casas, es casi una obligación, por lo bueno, digo, el video de esta experiencia recoge (el disco fue grabado en vivo) a un line-up insuperable: su inseparable Roberto Koch, Rafael Pollo Brito Juan Ernesto Laya Layita, Carlos Metralleta Orozco, Pedro Marín , Alexander Livinalli. Virtuosismo puro. Arreglos para el alma. Hay un remate, a los dos Aquiles se une el violinista Alexis Cárdenas en volumen 2 en 2009. Este es disco es diferente al anterior, Roberto toca el bajo y participa la batería de Adolfo Herrera, va por otro lado, desde el punto de vista de la instrumentación y por tanto del sonido, menos tradicional, si cabe la expresión, Aquiles me confesó que ese disco le gusta más. Y bueno escuchen “Mi Merengue”, “Atardecer”, “Oriente es Otro Color, “Aquel Zuliano”.
Produjo mucho, dio a conocer talentos, entonces rescato discos donde el participa también como músico, como lo que hizo con el estupendo Alcides Rodríguez con su El Clarinete Venezolano de 2010, también con Roberto Koch en el contrabajo y el genial Manuel Rangel en las maracas. Entre otras piezas recuerdo la versión de su merengue “Cañoneando”, y otra vez “Buscando Caimán en boca e’caño”. Un disco demasiado bueno.
Creo que esto nunca lo reseñé, A mis hermanos/Aquiles Báez/ Guataca/ 2011
Desde hace un rato el director, guitarrista, compositor, productor y novio de la madrina, Aquiles Báez, mantiene un clásico trío de jazz, con el que cocina prácticamente sus proyectos, los otros dos mosqueteros son el bajista Roberto Koch y el baterista Adolfo Herrera. Este CD lo inicia con una de sus composiciones más solicitada por los músicos venezolanos (y muchos melómanos) “A mis hermanos”, un merengue que facilita la improvisación y sobre todo cuando se tiene un trio de extraordinaria pasión y destreza para el oficio musical. El abreboca no puede ser mejor, “Así dice mi negro” sigue la fiesta ya montada en la primera pieza, de una manera progresiva se va llenado de matices, en algún momento hay tambores de las costa, pero bien asimilados por los “cueros” Yamaha de Adolfo. Todos los temas del CD son propiedad de Aquiles, hasta las piezas de las damas cantantes que desfilan por el disco, ellas son Mariana Serrano, Ana Isabel Domínguez y Betsayda Machado, quienes cantan respectivamente “Duerme mi niña”, “Mi pequeña” y “Un grito en mi ciudad” canciones ya conocidas por muchos. “Siete” como varias de las piezas que suenan en este disco se mueve, le meten chola, lo frenan, lo suspenden, lo progresivo está a la hora del día, lo mismo es usual en “Como torbellinos”, contrastan con la lírica y sosegada “Alas”. En “Paraguipoa” se entrometen cual D´artagnan, Jorge Torres y su mandolina, Aquiles Báez no lo deja descansar en este, su único tema.
Aquiles Báez es excelente guitarrista, también como solista y acompañante, un innovador de la música tradicional, es a la vez un jazzista, siempre inventando con lo venezolano. Además fue un puente entre la generación de los muchachos que llenaron de buenas noticias al país a mediado de los 2000 hasta la fecha, les facilitó las cosas, como a un montón de oídos y almas de venezolanos.
Gracias Aquiles.