Biden, Venezuela y el manatí en extinción – Pedro Pablo Peñaloza

“El escenario es otro. Cambió el planeta, cortesía de Vladimir Putin. Cambió el contexto regional, con el ascenso de Gustavo Petro en Colombia y el impulso de una nueva ola izquierdista. Cambió la oposición venezolana, que cumple dos años tratando de cerrar un capítulo, pero no consigue la llave”.

Publicado en: La Gran Aldea

Por: Pedro Pablo Peñaloza

Cada vez que un funcionario de la administración Biden repite que “la política hacia Venezuela no ha cambiado”, fallece un manatí en el río Senegal. Lejos de transmitir certeza o seguridad, reincidir en la misma declaración como un “mantra” -con el perdón de la mala palabra-, genera confusión, preocupación y desconfianza.

En el fondo, el problema no ha sido el viraje que ensaya la Casa Blanca, sino la lentitud en corregir el rumbo perdido hace tanto tiempo. Por muchos meses, demasiados, el gobierno de Joe Biden ha insistido en expresar públicamente que mantiene una estrategia en la que no cree. Un enfoque que habrá podido tener un apoyo “bipartidista”, especialmente en cuanto al objetivo de promover una transición democrática en el país, pero que en realidad tiene la firma del principal enemigo del Presidente demócrata: Donald Trump.

El reconocimiento del gobierno interino y la política de “máxima presión”, con la escalada de las sanciones, llevan el sello de Trump. Con todo, debe señalarse que la propia administración del líder republicano comenzó a hacer tímidos ajustes a su propuesta, al constatar el fracaso en la búsqueda del “quiebre”. De esa manera y para consternación de ciertos sectores, el mismísimo Elliott Abrams reconoció que el PSUV jugaría un papel clave en el futuro de Venezuela y que Nicolás Maduro podría postularse en unas eventuales presidenciales.

“¿Y cambia definitivamente la política de Estados Unidos hacia Venezuela? Cuiden al manatí, en peligro de extinción”

Cuando parecía que administración Biden arrastraba los pies en el caso venezolano, estalló la guerra en Ucrania. Y el mundo dio un vuelco, incluida esta ribera del Arauca vibrador. Entonces, se hizo pública la existencia de un canal de comunicación directo entre Washington y Caracas, se levantaron las sanciones contra el extesorero de la República, Carlos Erik Malpica Flores; y más adelante se dio el intercambio de siete ciudadanos norteamericanos detenidos en Venezuela por los dos sobrinos de Cilia Flores condenados por narcotráfico.

En el marco de este acercamiento, el subsecretario de Estado de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, bramó en el Senado: “Nicolás Maduro comete un error grave si piensa que nuestra paciencia es infinita”. Nichols llega tarde. Por más que se esfuerce, nadie podrá superar aquel famoso bluff de “todas las opciones están sobre la mesa”. El discurso también debe actualizarse.

Reducido a su mínima expresión, México asoma en el horizonte. De nuevo, retumbará la frase hecha: “una negociación entre venezolanos”. Sin embargo, ya ha quedado absolutamente claro que solo se avanzará with a little help from my friends. Puede que los futuros acuerdos se suscriban en la tierra de los charros, pero el protagonismo de la negociación recae sobre los cowboys.

Llega la Navidad y con ella las tradiciones. Una de ellas: la habitual discusión sobre la continuidad -o no- del gobierno interino. En una entrevista concedida a VOA, Nichols afirmó que Juan Guaidó es quien “representa mejor las aspiraciones democráticas” de los venezolanos. Ahora, ¿se refiere al Guaidó que reconocen como Presidente encargado o al Guaidó posible candidato a las Primarias, donde competirá con otros aspirantes opositores? Qué difíciles son las fronteras.

El escenario es otro. Cambió el planeta, cortesía de Vladimir Putin. Cambió el contexto regional, con el ascenso de Gustavo Petro en Colombia y el impulso de una nueva ola izquierdista. Cambió la oposición venezolana, que cumple dos años tratando de cerrar un capítulo, pero no consigue la llave. ¿Y cambia definitivamente la política de Estados Unidos hacia Venezuela? Cuiden al manatí, en peligro de extinción.

 

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