Publicado en: El Nacional
Por: Alicia Freilich
Buena persona, humana, digna, justa, noble, dada, responsable, admirada en sus pequeñas y grandes acciones y omisiones, acucioso familiar, probado patriota, laborioso, tenaz, temible adversario intelectual, amigo generoso y solidario, de sentimientos puros. Todos debemos trabajar en nosotros mismos para influir sobre los que nos rodean y así colaborar en la creación de una sociedad llena de Mentschen.
Síntesis con algún aditivo de lo publicado en el portal Dela.cole.com, donde se explican significados del vocablo que está en el título de esta rapidísima nota.
Su autobiografía Sin ir más lejos (Debate,2019 ) detalla el origen y trayectoria -países, instantes, personas, tensiones, fracasos y logros- durante 63 años trashumantes en lo físico pero centrados emocional, intelectual y activamente en su Cuba, de donde pudo escapar a sus juveniles 17 años de la temible prisión castrista. Por cierto, una diplomática ayuda urgente de la inaugurada democracia venezolana le posibilitó inmediato refugio provisional en su Embajada de Honduras.
Largo y sufrido exilio el padecido por este familiero rebelde de múltiples insilios productivos, hoy ciudadano español y estadounidense, con importantes legados de profesor, político, periodista, narrador, editor, analista de asuntos internacionales reproducido en decenas de diarios del mundo libre, comentarista televisivo y radial, editor.
Su incesante lucha marca valores y argumentos firmes por la libertad de su tierra natal válidos para todo lugar planetario donde se vulneren los derechos humanos. Desde toda su obra y en sus citadas memorias, insiste sin tregua en mostrar que la democracia capitalista de abierto mercado, con todos sus riesgos, fallas y errores, por ahora es el único sistema político funcional que favorece la progresiva igualdad educativa, socioeconómica y cultural en una sociedad constitucionalmente organizada, capaz de autocontrolarse, a fin de penalizar jurídica y judicialmente desde sus tres poderes. Para lograrlo es necesario cero militarismo y con recta claridad acatar la decisión electoral libre, transparente y verificable.
Su despedida del “columnismo” este domingo 7 de mayo, en “Mi última columna”publicada en esta misma página, donde justifica los motivos de su silencio, es la única mentira que se le conoce y merece reclamo. Porque su columna vertebral ADN –sin o con pausas–, la que sostiene toda su biografía existencial , es el “mentcheskait”, que traducido a medias del yidish sería “cadena vital de honesta bonhomía”.
Por eso, todos y cada uno de sus escritos, leídos ayer, hoy y mañana, se rigen por verdades de un tiempo sin reloj.
Desde hace más de treinta años, cuando visitaba Venezuela con frecuencia para disertar en centros culturales, acompañar de viva voz presentaciones de libros y conversar en un café de acera, es uno de mis más admirados, respetados, necesarios y predilectos “goi”, es decir, gentil (no judío), ”agnóstico a Dios gracias”, como él mismo se califica con su proverbial sentido del humor filoso.
Errante CAM, siempre quedas, nunca te vas.