Por: Jean Maninat
Apesar de você
Amanhã há de ser
Outro dia
Chico Buarque
Durante el largo bostezo de la dictadura militar brasileña (1964-1985) un sencillo de ritmo alegre se le escabulló a la censura y se convirtió en himno de libertad para miles de jóvenes brasileños. El disco ya había vendido las 100.000 copias cuando el régimen militar cayó en cuenta de que bajo sus propias narices represivas la gente cantaba, tarareaba, silbaba, una canción en apariencia inocente, pero que se había convertido en seña de identidad de quienes se oponían al régimen. La canción fue prohibida y no pudo ser radiada, ni cantada en público y quedó para vivir en el exilio interior de quienes la tarareaban para adentro con una sonrisa burlona en el rostro.
La canción, Apesar de você (A pesar de usted) fue compuesta por un joven cantautor de Río de Janeiro quien con el tiempo, se convertiría en el artista más venerado de su generación: Chico Buarque de Hollanda. Sus composiciones van mucho más allá de ese espantajo que llaman canción de protesta, su música y letras alejadas del machacón realismo político, de la sensiblería militante tan en boga en su momento y se inscriben en los sonidos elegantes de la Bossa Nova iniciada por Tom Jobim y Vinicius de Moraes con Chega de saudade. Sería un adelantado de la invasión musical brasileña que barrería las radios del mundo con cantantes y autores como Gilberto Gil, María Bethania, Caetano Veloso, Toquinho, Gal Costa, María Creuza y tantos otros que seguramente ya usted estará recordando.
En 2019, Buarque -quien también ha escrito novelas- fue distinguido con el premio Camões, el de más abolengo en la lengua portuguesa (del mismo calibre del Cervantes para el idioma español) por el gobierno de Portugal. El entonces recién electo presidente Jair Bolsonaro se negó a firmar el diploma en gesto de desprecio a la cultura que luego reproduciría en incontables oportunidades y de diversas formas. Mal podría él, quien tanto ha alabado a la dictadura militar de su país , reconocer el talento de quien se opuso a ella con una guitarra y una pluma. Cuando el gobierno portugués quiso entregar de todas maneras el premio a Buarque se atravesó la pandemia y la ceremonia de entrega fue postergada hasta nuevo aviso. (Suponemos que la saudade se le habrá mitigado en algo con los 100.000 euros que sí le llegaron y que a nadie le caen mal).
Pero, por aquello de que la venganza es una feijoada que se come fría, finalmente, a comienzos de esta semana que termina y cuatro años después, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa y el presidente Lula de Brasil le entregaron el diploma al músico y al escritor que conviven en Buarque. El reconocimiento no pudo ser detenido por el bárbaro que quería incendiar una ciudad repleta de joyas arquitectónicas, Brasilia.
Por ahora, nos quedamos con la imagen del derrotado Bolsonaro devorando comida chatarra en Florida y la de Chico recibiendo su premio en Sintra, sonriente, alegre como si estuviera viendo a banda passar. Chico tiene su premio, en enhorabuena…