Jean Maninat

Continuará… – Jean Maninat

Por: Jean Maninat

Llegó el día mágico, el día D, el definitorio, el del enfrentamiento en el OK Corral, y todo parece seguir igual: la nomenclatura aferrada al Gobierno a como dé lugar y la oposición asida a la esperanza de un quiebre en el pacto “cívico militar” que lo sostiene. Un showdown más: manifestaciones oficialistas cada vez más escuálidas y poco entusiastas en el país, y manifestaciones entusiastas de la diáspora opositora en importantes capitales del mundo. Todo imbuido de un clima de fin de mundo, de final coplero y vernáculo entre Florentino y el diablo. Pero…

Parecemos condenados a vivir en eternas tablas, en una partida de ajedrez infinita, con el reloj que marca el tiempo de las jugadas lleno de telarañas y el público aletargado que despierta sobresaltado por los toques de corneta que llaman, una vez más, a una carga de caballería definitoria. Esta vez es diferente, nos dicen-decimos, la apuesta es final, hasta el final, es decir perenne, se renueva día a día, renace fecha a fecha. La eternidad por fin comienza un viernes 10, se podría decir pirateando a Eliseo Diego.  Es un juego win-win, ambos bandos mantienen a sus reyes y reinas a salvo, y por tanto, ninguno es todavía ni ganador ni perdedor absoluto. La lucha continúa, clamaban los proletarios organizados luego de cada huelga general fracasada. Las victorias son  hijas de derrotas y viceversa en una relación incestuosa. ¿Cuántos países no conmemoran grandes batallas militares perdidas, como arcilla fundacional de la Patria? El cruento desastre de la toma del cuartel Moncada en Cuba, ¿no se convirtió en mito fundacional de Fidel Castro y el movimiento 26 de julio.

El 10 de julio parecía lejano, y ya empieza a quedar atrás, lo sustituyó el 9 de julio como día de la verdad y así podríamos seguir en el ejercicio de un calendario cuyas fechas no tienen prelación, ni orden. Hechos definitivos de emancipación democrática que como el querer del caballo viejo y enamorado, …no tiene horario ni fecha en el calendario. Hemos sido advertidos que la lucha es hasta el final, que si no pasó o no pasa nada el 9 o el 10 (escoja usted su número en el bingo sucesivamente) no importa, porque se habrá logrado descubrir ante el mundo la verdadera condición dictatorial del régimen. Como si alguien dudase de su progresivo deslizamiento hacia confines  autoritarios, donde la legitimidad del voto democrático desapareció bajo un pase de magia burocrática: ¡actacadabra!

Pero mientras este artículo es escrito por una inteligencia habitual, explota en la pantalla la noticia de que la líder máxima de la oposición, María Corina Machado, habría sido secuestrada por encapuchados al servicio del régimen, y cuando medio mundo reclamaba indignado -incluso Mr. Trump- su liberación, se dice que  luego, luego no, que estaba libre y aparece un video de dudosa factura,  de ella explicando un enredado percance. Se prometen aclaraciones, que no llegan (y las que llegan a medias oscurecen). Y cuando ya estamos obligados a cerrar con punto final, el desconcierto sigue campante, nadie entiende la necesidad de un secuestro tan expreso, salvo que logró opacar por unos instantes la labor diplomática realizada en los últimos días.

Continuará…

 

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Post recientes