Lo malo es que con frecuencia los razonamientos de la barbería paren un rabipelado
Taxis, mesas de dominó, panaderías, barberías, salones de belleza, masajes, colas de mercados, son centros de reflexión y debate sobre las incidencias cruciales de la política y la antipolítica: ¡la Unidad es colaboracionista!, ¡calle, calle y más calle!, ¡dictadura no sale con votos!, ¡salva-tu-voto!, ¡votar legitima!, ¡por qué no la llaman dictadura!, ¡Esto es un régimen, no un gobierno! ¡esta v… a no aguanta un paro general! ,¡el burro será breve!, ¡rebelión! (preparan desembarcos desde Palm Beach y Moustike), ¡necesitamos un gerente!, ¡votación manual! También los hackers chinos, el cable cubano, el barco ruso, el satélite bielorruso y demás acervos tecnológicos de la brujería electoral. Al llegar de medianoche a un Gabinete de Guerra urgente, al que fue en un taxi cuyo conductor aprovechó para darle consejos políticos y militares, Churchill soltó: «los taxistas: ¡esos estadistas que se ganan la vida tras un volante!».
Los venezolanos se convirtieron en el verdadero zoon politikon. Un oficial que se hizo confidente de la DEA afirmó que «las máquinas de votación informan al gobierno en tiempo real la correlación en los votos emitidos y así cambian los resultados desde un bunker secreto», nada raro si todo un diputado oficialista denunció los decodificadores de TV-cable como avíos de espionaje. López Contreras dijo que todo venezolano tenía en el morral su bastón de mariscal pero hoy es más bien báculo de líder y estratego de conflicto (polemarcas los llamaban los griegos) «Esos sinvergüenzas (de la Unidad) no son líderes. El líder somos todos» le oí decir a un buen señor de su casa con remotas y amateurs experiencias políticas. El hecho es que los (las) líderes recorren el país, se meten en las comunidades, desafían la represión, van presos, reciben golpizas, los defenestran, a diferencia de Fuenteovejuna.
El hombre que estaba ahí
Viven por y para la lucha, no tienen vacaciones ni fines de semana, construyen el voto y con eso revivieron la alternativa que agonizaba en la etapa antipolítica de la oposición. En el debate conceptual entre estilistas, taxistas y clientes, mientras pide que le tapen las canas, «córtame poco de aquí», o «cruce a la derecha», surgen también tales observaciones, como esto es comunismo y la Unidad no lo dice, o por qué no lo llaman dictadura. Al parecer el problema se resuelve con usar el maravilloso abracadabra, el término mágico que desvanece las dificultades. Y la Unidad no lo hace por las secretas y turbias entretelas de siempre. Es interesante seguir algunos de los estrategos, que después de, al parecer, hondas cavilaciones e insomnios, llegan ojerosos a esta alada conclusión: el gobierno trama algo y la MUD no se da cuenta, ni pendiente.
Con voz engolada y dejo de sarcasmo sugiere que los increpados son unos pobres diablos: «la oposición no se pasea por la variable de una suspensión de elecciones» y «no está preparada». Pero ¡no contaban con mi astucia! El resultado de tanto cacumen y exhaustivos quebrantos, es el punto A.1.1 kindergarterino, plastilina 1, para cualquier político: «seguro que el gobierno trama algo». Para trascender la peluquería, el sabio no debería repetir semejante bagatela, sino plantear la solución práctica. «Frente a una operación contra el proceso electoral, lo que hay que hacer es… » y mandarse con la operación redentora.
En ese momento doblarán las campanas, volarán las mariposas, cantarán alondras y ruiseñores, se escucharán los claros clarines, el cielo se llenaría de luces ante el nacimiento del paladín, el conductor filósofo que el país sueña.
Consejos y consejas
El nuevo Zaratustra hablaría en claves geniales, crípticas y poéticas: «el dragón no le teme a la serpiente» o esa versión de manual de autoayuda galáctica «águila no caza moscas». Comenzaría a agradecerse el consejo, que hasta ahí es conseja. Sería bueno oír sabias advocaciones al respecto, que iluminen un camino tan difícil. Por el momento nadie sabe -aunque Fuenteovejuna supone- qué van a hacer los adversarios si la lujuria del poder los enceguece, un imponderable oscuro. Lo que sí se sabe es que quienes dan la cara son los cuestionados candidatos y dirigentes de la Unidad. Retan al peligroso adversario, corren los riesgos, habitan en la candela, van a estar en sus puestos el 6D. Residen en la confrontación mientras los polemarcas virtuales organizan para la fecha parrilladas, o vichissoyse los más sofisticados.
Van a estar ahí para enfrentar lo que pase y hacer lo que haya que hacer (pero atentos a los consejos que les envíen desde los think tank de la barbecue). Tampoco se sabe si los que «ganan como sea» aceptarán una opción civilizada de cohabitación, -posiblemente no- como sí lo hicieron los sandinistas en Nicaragua, los pinochetistas en Chile y en la mayoría de las transiciones (pavosa palabra) pero es una propuesta para relevar la violencia y al país le gusta. Si hay un clarividente y logra sacar la espada de la roca, la comarca se lo premiará. Lo malo es que con frecuencia los razonamientos de la barbería paren un rabipelado.
Por favor no sea egoísta, aporte la solución. Si Ud. tiene la palabra apropiada, si en Ud. renace Zaratustra, se le agradece, por favor, acercarse por la Unidad.