“¿La intervención de la Cruz Roja Venezolana será un daño colateral, en medio de una operación más ambiciosa?, ¿guarda relación con la Ayuda Humanitaria? El cuestionario es largo y el panorama confuso. Venezuela suma 24 años cargando una cruz roja-rojita. Las preguntas de Adán Celis son pertinentes para evaluar la actuación de la cúpula empresarial y el proyecto del propio Cusanno: ‘¿Por qué ahora y cuál es el objetivo?’”.
Publicado en: La Gran Aldea
Por: Pedro Pablo Peñaloza
Aunque no generó mayores comentarios, la elección del nuevo presidente de Fedecámaras fue noticia. Primero, por ser eso: una elección. Los veteranos recuerdan que “en sus casi 70 años de vida, en Fedecámaras la norma ha sido tener elecciones, algunas muy duras y peleadas”. Sí, pero desde hace 11 años se había impuesto una nueva modalidad: la aclamación. Sin mayores conflictos internos y apostando por la estabilidad, un líder sucedía al otro en el cargo. “Hasta este año, cuando se rompió la ‘paz electoral’”, reconoce un miembro de la patronal.
Al romperse la paz, irrumpió la guerra. Sucia, además. Pocos días antes de la votación, distintos medios digitales reseñaron que sobre Adán Celis pesaba una acusación de “violencia psicológica” presentada por una antigua pareja ante el Ministerio Público. Cualquier mal pensado podía conjeturar que el chavismo estaba desempolvando un expediente para presionar al futuro presidente de Fedecámaras. Un llamado de atención. Un ataque preventivo. Sin embargo, esta versión fue descartada por algunos de los involucrados en la disputa. “El alto gobierno no tuvo nada que ver, sabían que Celis sería el presidente de Fedecámaras, las relaciones con él son buenas, eso vino de otro lado”, afirmaron.
A través de un gélido comunicado, el otro aspirante, Pedro Rivas, se desmarcó de este hecho. “Hemos sido sorprendidos por una información relacionada al dirigente gremial y candidato a la presidencia de Fedecámaras para el periodo 2023-2025, en un asunto de su esfera privada del que confiamos sabrá sobreponerse”. En el texto jamás se menciona a Celis. El afectado respondió con otro comunicado, destacando que el año pasado la Fiscalía había solicitado el sobreseimiento de la causa, denunciando que intentaban “dañar mi reputación personal” y dejando caer estas interrogantes: “¿Por qué ahora y cuál es el objetivo?”.
Mando a distancia
“Hace seis o siete meses, Celis no tenía adversario”, aseguran. Sin embargo, el expresidente de Conindustria siempre despertó inquietudes y resistencias. ¿La razón? Sus acerbas críticas al régimen chavista y sus posturas “radicales”. Para colmo, Celis es muy amigo de María Corina Machado. De muchachos, iban de vacaciones a esquiar. Celis llamaba tío al padre de la candidata favorita para ganar las primarias opositoras. Todos esos antecedentes espantaban a quienes promueven el acercamiento con el chavismo. Temían que se rompieran los puentes con Miraflores que con tanto esmero construyeron, especialmente los dos últimos presidentes, Ricardo Cusanno y Carlos Fernández.
Porque en esta elección de Fedecámaras, más que saberse de memoria los principios contenidos en la propuesta “Camino al futuro Venezuela 2035”, lo que realmente pagaba era tener una foto con la vicepresidenta Delcy Rodríguez. Y de hecho, Celis se la tomó en el marco de la reunión del Consejo Productivo Nacional celebrada el 26 de junio. Para sus detractores, una imagen no decía más que mil palabras. Apostaban fuerte por Pedro Rivas, expresidente de Fedeagro. “Rivas tiene una trayectoria gremial incuestionable, pero llevaba como tres años sin pisar la sede de Fedecámaras”, observa otra fuente.
Entonces, ¿de dónde surgió esta candidatura? Responden: “Esta es una jugada impulsada por empresarios importantes relacionados con el Gobierno que no forman parte de Fedecámaras, entre los que se incluyen los famosos ‘optimistas’, que contaron con el respaldo de operadores internos de peso”. Según esta versión, los defensores del diálogo y los “optimistas” sacaron el pecho por esta opción.
Al final, Celis ganó. Debe subrayarse que desde el principio tuvo el apoyo de “casi” todos los expresidentes de Fedecámaras. Empero, Rivas obtuvo mucho más votos de los esperados. Le calculaban unos 30 y totalizó 50, frente a los 100 del vencedor. Asumido el cargo, el flamante presidente de Fedecámaras trata de despejar cualquier duda sobre su disposición al diálogo con el oficialismo y se ha estrenado condenando a las sanciones.
Y sí, las sanciones han afectado al sector privado. Y sí, el sobre cumplimiento de las sanciones golpea a los empresarios. Pero también queda claro que ese discurso es música para los oídos de Nicolás Maduro. “Celis aprendió, entiende el momento, no meterá a Fedecámaras en el tema electoral y menos con María Corina”, comentan. De seguro, vendrán más fotos.
Pesada cruz
Tras la elección de Fedecámaras, los empresarios relacionados con la patronal siguen siendo noticia. Así cayó la renuncia a la vicepresidencia de la Comisión Nacional de Primaria por parte de María Carolina Uzcátegui, expresidenta de Consecomercio. Y ahora la escogencia -o imposición, según se vea- de Ricardo Cusanno como presidente de la junta reestructuradora de la Cruz Roja Venezolana. Ambos “moderados”. Aunque casos aislados, se entiende.
Sobre la intervención de la Cruz Roja Venezolana ya han fijado posición las principales organizaciones de la sociedad civil del país. Prácticamente todas reaccionaron de inmediato, condenando la acción del régimen chavista y alertando sobre los peligros que entraña para las organizaciones sociales.
El Foro Cívico se tomó un tiempo. En su comunicado repitió varios de los argumentos que ya habían sido ventilados por otras agrupaciones y agregó un detalle relevante: “El Foro Cívico quiere dejar asentado que no ha sido informado ni formal ni informalmente en relación con este proceso, expresa enfáticamente su compromiso de respeto a la autonomía de sus miembros (…)”. No lo mencionó por su nombre, pero se refería a Ricardo Cusanno, miembro principalísimo de esta plataforma.
Fiel creyente del diálogo y el acuerdo, Cusanno habría fallado en la comunicación interna. En su descargo, puede decirse que quizá no tuvo tiempo de consultar. Ya eso le pasó a la plana mayor del Foro Cívico cuando se reunió con Maduro en abril de 2022. La última línea del comunicado del Foro Cívico indica que Pablo Zambrano salvó su voto, mas no ofrece los argumentos que expuso el dirigente sindical y actualmente coordinador nacional operativo de Fuerza Vecinal. Se intuye que hubo debate.
Cusanno no es el único empresario ni tampoco el único miembro del Foro Cívico que está en la junta reestructuradora de la Cruz Roja Venezolana. En la directiva surgida tras la intervención del chavismo también figura Alberto Völlmer, dueño de Ron Santa Teresa, cultor del entendimiento que mantiene excelentes vínculos con el alto gobierno.
Las dudas
En el acto de fundación del Frente Amplio Venezuela Libre -instancia que congrega a organizaciones de la sociedad civil y los principales partidos de oposición- en 2018, Cusanno le cargó la mano a los políticos y enfatizó que el país no podía repetir los errores del pasado. Al escucharlo, un viejo dirigente susurró: “Tiene razón, no podemos volver a los tiempos en que los empresarios tenían privilegios y hasta nombraban y removían ministros”.
Aquellos con los que compartió mesa, ahora lo censuran y acusan de servir al chavismo. Juicio sumario. Dictan sentencia cuando abundan las interrogantes y escasean las certezas de una jugada que apenas comienza y que muestra, una vez más, el enorme margen de maniobra que tiene Maduro y la capacidad de sacar fichas hasta debajo de las piedras.
La pregunta básica es: ¿Por qué intervienen la Cruz Roja Venezolana? Nadie espera que sea para adecentar la institución. Si el oficialismo está preocupado por el sistema sanitario, tiene tela que cortar con las misiones, el Ministerio de Salud y el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, donde el recién perdonado Carlos Rotondaro robó a placer.
No basta con ser ladrón para ser destituido en la República Bolivariana. Al defenestrado Mario Villarroel lo describen como un capo mafioso que controlaba la Cruz Roja Venezolana con mano peluda -más que de hierro- desde 1987. Es decir, que ese capo mafioso gobernó a sus anchas durante los 13 años del gobierno de Hugo Chávez y los 10 que acumula Maduro. ¿Se enteraron hace dos semanas de que era el peor villano de la comarca?
¿La intervención de la Cruz Roja Venezolana será un daño colateral, en medio de una operación más ambiciosa?, ¿guarda relación con la Ayuda Humanitaria?, ¿hasta dónde llegará la licencia reestructuradora? Los que saben, no lo explican en detalle. ¿Lo sabrá Cusanno? El discurso del chavismo en este caso es muy similar al empleado en el pasado para justificar la expropiación y confiscación de empresas.
Hasta el 2000 siempre
Los abogados de Cusanno asoman que el empresario se sacrifica por el diálogo. Ha resuelto dar un paso al frente, predicar con el ejemplo, tratar de sembrar la semilla democratizadora en esa tierra árida donde hasta la fecha solo ha crecido la represión y el autoritarismo.
Pero también surge otra hipótesis: un grupo de empresarios, políticos y miembros de la sociedad civil ya tiraron a pérdida la elección de 2024, fijan su mirada en 2025 para los comicios regionales y parlamentarios, y creen que solo queda esperar hasta 2030. Seis años más. Hay que acomodarse. Muy peligroso.
Retumban las palabras de Delcy Rodríguez en el congreso anual de Conindustria: “El pedido es que la economía no vaya al campo de la batalla política, porque sabemos cómo ha resultado en el pasado. El sector empresarial ha salido golpeado, el país y el pueblo venezolano se han visto perjudicados. No tiene sentido. Se los digo de antemano, con humildad, no lo van a lograr”. El presidente de Conindustria, Luigi Pisella, también se retrató con la vicepresidenta.
Reza el adagio popular: Lo que en el Mazo empieza, mal termina. Y agregan las escrituras: Por sus frutos los conoceréis. El cuestionario es largo y el panorama confuso. Venezuela suma 24 años cargando una cruz roja-rojita. Las preguntas de Adán Celis son pertinentes para evaluar la actuación de la cúpula empresarial y el proyecto del propio Cusanno: “¿Por qué ahora y cuál es el objetivo?”.