El Fujimorazo

Por: Editorial Analítica

Foto Cortesía: Analítica

El 5 de abril de 1992, el entonces presidente del Perú,Alberto Fujimori, dio un golpe de estado apoyado por los militares mediante el cual disolvió el Congreso de la Republica. El Congreso peruano se siguió reuniendo en la clandestinidad y su primera decisión fue declarar la vacante presidencia y designó como presidente constitucional del Perú al vicepresidente Máximo San Román. Estas medidas, a pesar de ser apoyadas por importantes personalidades políticas e intelectuales de esa nación, no produjeron un efecto inmediato porque Fujimori tenía aún un alto nivel de popularidad, con la cual no contaba el Congreso.

Fujimori cae cuando convoca a unas elecciones generales el 16 de septiembre de 2000 y es reelecto en unos comicios cuestionados y se genera una inmensa presión social y política que el dictator no soporta y huye del país y desde el Japón presenta por carta al Congreso su dimisión a la Presidencia de la República.

En nuestro país la situación es diferente, aunque las consecuencias puedan ser similares. En primer lugar, la popularidad del Presidente Maduro está muy baja, la crisis social y económica del país se agrava cada día de manera exponencial, y la decisión de la cuestionada ANC de convocar a elecciones anticipadas, es a todas luces anticonstitucional, además incluir en ellas la disolución de la legítima Asamblea Nacional dos años antes de que esta termine su mandato no puede denominarse sino como un golpe de estado propiciado, autorizado y anunciado por Nicolás Maduro.

La oposición organizada, así como las principales instituciones de la sociedad civil venezolanas, han condenado las ilegítimas e inconstitucionales elecciones convocadas por la ANC y han expresado públicamente que no se debe participar en ese espúreo proceso electoral, sino que se debe luchar por la celebración en el tiempo debido de elecciones libres y transparentes, conforme a lo planteado por los 5 cancilleres que participaron en las negaciones de Santo Domingo, que enumeran de manera taxativa cómo y cuándo se deben celebrar los comicios presidenciales en nuestro país.

No dudamos que la reacción de la comunidad nacional e internacional ante el despropósito de disolver la Asamblea Nacional, único órgano que reconocen como constitucional, va a ser muy vigorosa y que el rechazo a Maduro se extenderá a lo largo y ancho del planeta.

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