Intrigas en el Cielo y en la Tierra – Carlos Raúl Hernández

Publicado en: El Universal

Por: Carlos Raúl Hernández

El origen del universo para los griegos es como la política, marcado por la traición, la mentira, el parricidio simbólico (o real), la ambición, la envidia, el poder, el interés, la sangre, la pasión, la vida real. Conviven con sus opuestos, la generosidad, la bondad, el amor, en El corazón del Hombre, como titula uno de los pocos libros que me interesan de Erich Fromm, porque revela las luego freudianas pulsiones. La mitología griega cuenta que Urano impide a su hijo Cronos y sus hermanos los titanes, salir del vientre de su madre Gea, la Tierra. Cronos se insubordina, lo enfrenta y cercena el miembro masculino que lanza al mar, cuya espuma engendra a la diosa del amor, Afrodita. Simbólicamente la pérdida del poder es la sustitución de un macho alfa por otro. La democracia es tan difícil porque obliga a soluciones racionales, no instintivas.

La paradoja filosófica es que la belleza, la pasión, el placer, sintetizados en Afrodita, se originan en una acción violenta, como corresponde a esa etapa bárbara y supongo que la palabra descojonar debe ser de raíz griega. Cronos reemplaza a Urano, e igual persigue a sus hijos para que no le hagan lo mismo. Su mujer, Rea, esconde a Zeus, el menor, en una montaña en Creta hasta que crece, también se insubordina, derrota a su padre y lo expulsa junto a los titanes. Sin embargo, hay una violenta insurrección encabezada por el gigante Tifón a favor de Cronos, aplasta a Zeus y Atenea, corta los tendones a este, y lo deja convertido en una piltrafa doliente. Por fortuna para él, su fiel amigo Hermes descubre dónde esconde los tendones, los rescata y se los reimplanta, para ir a la venganza y retornar el poder.

Zeus arranca de cuajo el monte Etna, lo arroja sobre Tifón enterrándolo ad eternum sin piedad. Desde entonces, cuando el volcán entra en actividad, es la ira de Tifón. La mitología griega está marcada por la sexualidad declarada de dioses y hombres, y Hesíodo relata los cambios y recambios amatorios. Zeus y los otros dioses se enamoran a diestra y siniestra de diosas y mujeres, las posee por ser atractivo y poderoso, con rabietas de Hera su esposa. Las deidades son humanas a diferencia del cristianismo y sus derivados, que pretenden mantener eso a raya. Zeus deseaba intensamente a Alcmena, mujer de Anfitrión, y en ausencia de éste, toma su apariencia y se acuesta con ella tres días seguidos, porque prolonga la duración de la noche y engendra a Hércules. Se va al terminar la larga noche y cuando regresa Anfitrión a su casa muy dispuesto, engendra a Ificles. Decirle anfitrión a alguien podría ser insultante.

Los gemelos de Alcmena nacen con un mes de diferencia. Zeus también se convierte en cisne para acercarse y seducir a Leda, quien ya había tenido ese día relaciones con su marido Tíndaro, y queda doblemente encinta: de Zeus, tendrá a Helena (de Troya) y Pólux; y de Tíndaro, a Cástor y Clitemnestra. La boda de la diosa Tetis y el rey Peleo, los futuros padres de Aquiles, fue el evento del milenio de las oligarquías, deidades y príncipes, una concentración de glamour jamás vista, una entrega del Oscar, y por eso decidieron excluir a Eris, la diosa de la Discordia. Por supuesto ella sufrirá la exclusión, la tomó comprensiblemente como afrenta, con terribles consecuencias. En el transcurso de tan magna reunión aparece un exquisito presente de Eris, una manzana de oro, que tenía grabado: “para la más bella”.

Aquel público de sofisticadas diosas, náyades, ninfas, humanas, Gal Gadot, Scarleth Johansson, Taylor Swift, Ana de Armas, Sydney Sweeney, se dispone a reclamar su regalo, pero se achican al ver que las jefas, Hera, la omnipotente Atenea y Afrodita, lo daban cada una por suyo y aunque exigieron al público una decisión, nadie tan tonto para engatillar a dos perdedoras omnipotentes. Ellas buscaron al muy rijoso, pero no de mucho talento geopolítico, el príncipe Paris, el mismo que provocó la guerra de Troya por idiota. Atenea le ofreció sabiduría infinita, Hera todo el poder que imaginara, pero Afrodita lo convenció: “será tuya la mujer más bella del mundo”. Hablaba de Helena de Troya y ya sabemos lo que viene. Luego se supo que el plan lo concibió Zeus (con Greenpeace y Greta Thunberg) para provocar una guerra y detener el crecimiento exagerado de la población.

Para salvar a Aquiles, Tetis lo esconde en la corte del rey Lycomedes y sus muchas hijas y lo llaman “Pirra”, “la rubia”. Tal vez eso explique una fama de gay que carece de fundamento en textos de Homero y tal vez confundida en eso, una de las hijas de Lycomedes termina preñada. Aquiles era un héroe bárbaro como todos entonces: bestial, violento, irascible, orgulloso, inflexible, impío. Lo arrastraban sus emociones e impulsos heroicos y no le interesaban más que la guerra y la cama. Abandona el combate en el asedio a Troya porque el Rey Agamenón se impuso y le quitó a Briseida, y reacciona como cualquier hijo de mamá, inmaduro y no como un semidios. Su madre le da esos poderes y al creerse invulnerable, no desarrollo instinto político ni inteligencia, ni habilidad, ni phrónesis (sabiduría práctica) sólo su voluntad caprichosa. Su fama es de temerario “entrompador” de poco seso, en contraste con Odiseo. El mal de Aquiles lo vemos a diario en la política y muy poco las virtudes del otro.

Agamenón, rey de los griegos, estafa y desprecia a Aquiles dos veces, ambas muy graves y ya vimos una. Concentradas las más de mil naves y decenas de miles de guerreros en el puerto de Áulide, los vientos se paralizan y no pueden zarpar a Troya. La razón es que Artemisa, furiosa porque el rey mató en la cacería uno de los ciervos sagrados, solo devolvería los vientos a cambio de la sangre de Ifigenia, hija adorada del rey, a la que este trae junto a su madre, con el engaño de que la casaría con Aquiles, el soltero de moda, suerte de Scott Eastwood, Henry Cavill, Bradley Cooper, Ryan Reynolds. Según el principista y solemne Esquilo, cuando ella descubre la verdad, se dirige por sus propios pasos al suplicio por su patria, cosa que no han leído muchos por aquí. Pero hay una versión más relajada, pacífica, en el “colaboracionista” Eurípides.

En ésta, Artemisa conmovida por el amor a Grecia de la joven, sustituye a Ifigenia en el sacrificio (el quiebre) por un venado, (escoja la versión que quiera, pues hay hasta una venezolana) Aquiles logra indignar a los dioses, en diez días arrastrando y profanando el cadáver de Héctor a quien había asesinado (¡hay que ser h..!) y lo conminan a entregarlo a su padre, Príamo, rey de Troya. En la negociación, hace una de sus genialidades. Se enamora de Polixena, hermana de quien asesinó y profanó, y le garantiza a Príamo que si se la entrega, abandonaría a los griegos y se pasaría al bando de troyano. Pactan casarse en un templo de Apolo, pero era una trampa, ella nunca llega, sino la muerte en una flecha de Paris, conducida por Apolo al talón. Sus grandes errores fueron ¿de faldas?

 

 

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Post recientes