El régimen rojo rojito hace y hará todo lo posible por matar el referéndum revocatorio. Porque es una mano que perdería. Incluso si se diera el escenario que Maduro perdiera ante un robusto sí pero la oposición no consiguiera el mínimo de votos necesario para revocar el mandato presidencial, Maduro ya sería un perdedor. Ante el país entero. Con la consiguiente conversión en muñeco de trapo, de jarrón chino. Entonces hay que entender lo que el gobierno ya comprendió: que el revocatorio no es una fecha marcada en el calendario; es proceso que ya empezó y está rodando al revés por la autopista.
La estratagema escapista de gruñirle a los miles de empleados públicos que firmaron para activar la primera fase del dispositivo para que levanten su rúbrica se suma al tasajeo ya efectuado sobre la primera lista. La maniobra es de perdedores, de mentes que se saben derrotados. Porque el régimen sabe bien que no tiene cómo ganar, apela al patético expediente de los tres chiflados -Zapatero, Fernández y Torrijos- para que intenten convencer a la oposición, por la vía del chantaje, de olvidar el revocatorio. La maroma sería buena si los tres ex presidentes tuviesen un mínimo de respetabilidad en Venezuela y el hemisferio y/o si su propuesta no fuese tan indigna. Pero son unos bate quebraos. Suponer que un tipo como Leopoldo Lopez, que ha pasado las de Caín, va a ceder ante la tentación de un libertad teñida de traición es no entender de qué clase de problema estamos hablando. Y es no saber de qué madera está hecha el alma de Leopoldo. Igualmente, creer que Capriles y Ramos Allup son comprables o manipulables, por amor a Dios, es un ejercicio de notoria estupidez política.
Por supuesto, el gobierno conseguirá que muchos funcionarios públicos, bajo amenaza, chantaje y extorsión, levantan sus firmas y que no firmen en la próxima recolección. Pero ello no les hará cambiar su pensar. Por el contrario, confirmarán su convicción de un gobierno que no sirve y que, además, es perverso y maligno. Un gigantesca y pesada razón para darle «maticacafé».
Está claro que el referéndum revocatorio es tomar la autopista al revés. El detalle está en que cuando muchos más carros van contra la flecha, esos millones cambiarán la flecha.
Sr. Zapatero, hágale un favor a su tan deteriorado prestigio: deje de proponer estupideces.
Un comentario
Ese articulo Por la autopista al revés esta magnifico , yo le diria a Sr Zapatero , agarre su cachacha y váyase para el sipote