Editorial publicado en Analítica
Durante siglos la humanidad prescindió del derecho a votar para determinar quiénes debían gobernar. Los reyes, faraones, emperadores, dictadores, tiranos, eran consecuencia o de un derecho divino o del mero ejercicio del poder de las armas.
El derecho al voto ha sido una conquista fundamental de la humanidad. Tuvo que ser garantizado en 1948 en la Declaración Universal de los Derechos Humanos e incluso fue relativamente reciente cuando este se hizo extensivo a las mujeres.
En nuestro país se ha abierto un debate entre los opositores al régimen sobre si tiene o no sentido votar en las circunstancias actuales, aduciendo principalmente que el acto de votar legítima y consolida al gobierno actual.
En ese sentido, es bueno recordar que en el pasado, frente a dictaduras en diversas partes del mundo e incluso en nuestro propio país, las dirigencias políticas consideraron que el acto de votar era una manifestación legítima de protesta y un mecanismo fundamental en la lucha por restaurar la democracia.
En Venezuela así ocurrió en 1953 y en 1957, en Chile en 1998, en 1989 Solidaridad, en Polonia se votó y se ganó contra la dictadura comunista de Jaruzelski , en Birmania, en el 2015, se logró vencer a través del voto a la dictadura militar, y así podríamos seguir mostrando ejemplos de la importancia que reviste ejercer el derecho al voto en situaciones extremas.
La conquista de la democracia es una lucha permanente que siempre está en peligro porque los intereses creados pretenden adueñarse de ella para imponerle al pueblo lo que más les conviene. Justamente por ello nunca se debe renunciar a expresar a través del voto universal y secreto, el deseo de construir una sociedad más justa y democrática.
Nuestra historia democrática es relativamente reciente pero durante muchos años, con sus bemoles, ha sido consistente y a través de ella se lograron grandes progresos para la sociedad venezolana, aunque todavía es mucho lo qué hay que hacer para lograr alcanzar una democracia funcional que se base en el respeto al ciudadano, la separación de poderes, la descentralización política y administrativa, la imparcialidad y profesionalidad del sistema judicial, la alternancia y la no reelección permanente de las autoridades, la instauración de un sistema educativo moderno e inclusivo que genere conocimientos a la población para que esta pueda tener expectativas hacia el futuro, un sistema de salud que permita que todo venezolano tenga acceso a ella y tantas otras conquistas sociales necesarias para tener una sociedad que progrese en paz y sin ocexclusiones.
Para que todo esto sea posible es indispensable recuperar el voto como el arma sustancial para el cambio y lo lograremos el día en que pensemos y actuemos como ciudadanos y no nos resignemos a ser súbditos del gobierno de turno.
Un comentario
Usted como siempre… dando en el CLAVO!!!!
Dios y la Virgen, me lo protejan y me le de mucha salud por siempre!!!
Le respeto y le quiero un montón !!!!