Publicado en: Blog personal
Por: Ismael Pérez Vigil
Que yo sepa, no hay ningún proceso de negociación en curso, aunque si existiera, no tendría por qué ser público; pero, de todas maneras, es necesario reflexionar al respecto.
En varios estudios recientes –que son citados por John Magdaleno, el Centro de Estudios Políticos y Gobiernos de la UCAB y algunos autores como Sergio Bitar y Abraham Lowenthal en su libro “Transiciones Democráticas”, de 2016– se plantea la negociación como una vía importante, fundamental para alcanzar una transición democrática.
Cuando hablamos de una negociación política en el caso de Venezuela son tres los puntos claves a considerar: uno eltema de la negociación, otro los actores que participarían y, por último, los obstáculos que se podrían presentar. Veamos en esta ocasión los dos primeros puntos.
No se trata de poner condiciones a una negociación, pero sí de definir claramente el tema de la discusión y este no puede ser otro que la salida de esta oprobiosa dictadura: cómo debe producirse, cuándo debe producirse, en qué condiciones debe ocurrir; no hay otra alternativa. Viene a mi memoria un ejemplo de un amigo que dice que hay cosas —como, por ejemplo, este régimen— que son como la nata del café con leche, tú puedes revolver el café con leche y la nata desaparecerá, pero por más que le revuelvas, al poco tiempo vuelve aparecer; la única manera de librarse de ella es sacándola, físicamente, del medio. De manera que el único tema a tratar en una negociación política en el país es la salida de la dictadura, no puede haber otro.
Con respecto a los actores del sector que apoya la dictadura –a los actores de la oposición me referiré al tratar los obstáculos a la negociación– tenemos que hacer algunas consideraciones porque si bien se presenta como monolítico desde un punto de vista, llamémoslo ideológico o de organización política, tiene algunas divisiones que es importante remarcar pues pueden darle matices y comprometer cualquier negociación. No voy a hacer un detalle exhaustivo ni proporcionar nombres, no es ni siquiera necesario pues seguro que cada quien los identificara al irlos caracterizando y describiendo. También es bueno aclarar que esta clasificación es del “tipo ideal”, estos grupos no son algo “puro”, perfectamente separados, delimitados e identificables, sino que se entremezclan y cruzan y algunos personajes y sectores, sin duda participan de más de uno de ellos.
De una parte, está un sector civil, vamos a llamarlo así, cercano al gobierno de usurpación, que conforman su “equipo ejecutivo de gobierno”, que están más o menos organizados, que cuenta con buena parte del PSUV y de los llamados colectivos, algunos de los cuales están armados y son muy violentos y que los utilizan para reprimir las manifestaciones opositoras o las manifestaciones populares de protesta. En ese sector hay también una buena parte de lo que podríamos llamar una masa popular o seguidores populares de la dictadura, “clientelarizados”, victimas del populismo, de la entrega de prebendas durante años y que están pendientes de aquello que pueden aprovechar y de lo que cae de la opulenta mesa del gobierno.
Cercano, pero no necesariamente formando parte del grupo anterior, hay un grupo de “hombres de negocios”, vamos a llamarlos de esa manera, porque no les podemos decir empresarios, que como su nombre indica, son los que han hecho los grandes negocios con el Estado, obteniendo dólares preferenciales para realizar importaciones, que hacen negocios con las importaciones de comida, insumos y medicinas, que hacen negocios fabulosos con contratos de todo tipo con el Estado, para obras de infraestructura, por ejemplo, muchas de las cuales no se ejecutan o concluyen nunca y que han obtenido cuantiosas fortunas, depositadas la mayor parte en bancos en el exterior, hacia donde han extendido sus negocios; que han adquirido empresas, bancos, medios de comunicación, etc. Forman una nueva burguesía, bolivariana, son los llamados “bolichicos” y que el pueblo denomina también: “enchufados”, que se han beneficiado de estos 20 años de oprobio.
Hay un tercer sector conformado por militares y ex militares –estos últimos ligados al cruento intento de golpe de estado de 1992– y que son, los que actualmente están en ejercicio, los que sostienen por la fuerza de las armas a la dictadura, pero que también han hecho fabulosos negocios en estos 20 años; se han enriquecido en cargos públicos y empresas del estado, constituyendo “empresas” para realizar actividades petroleras, mineras, de importación de alimentos y algunos otros insumos y que se han aprovechado y muy bien de su relación con el gobierno.
Hay un cuarto grupo, muy poderoso, no por su tamaño, sino por su significación y al que llamaré el de los “innombrables”, y que está constituido por varios sectores o sub grupos:
- Uno de ellos lo conforman una serie de personas, sectores civiles y militares, que se han enriquecido claramente con la corrupción que se ha desbordado en estos 20 años; con fortunas mal habidas producto claramente de delitos contra la cosa pública, producto de expoliar las arcas del estado, de aprovecharse y hacer negocios con la miseria del pueblo venezolano.
- Entre los “innombrables” hay otro grupo, constituido también por civiles y militares, que está ligado al tema del narcotráfico internacional, que han hecho su fortuna y consolidado su poder a partir de esta actividad, de este delito. Y esto no es ningún secreto, pues han sido denunciados públicamente y sobre algunos de ellos pesan órdenes de captura internacionales, e incluso algunos, ligados a esferas importantes del régimen, están ya pagando penas de cárcel.
- Un tercer grupo a destacar es el constituido por una serie de personajes, funcionarios, igualmente civiles y militares, comprometidos o involucrados con delitos contra los derechos humanos y de lesa humanidad, carceleros, torturadores, que han sido igualmente denunciados internacionalmente, señalados por ONG ligadas a la defensa de los derechos humanos, tanto del país como del exterior.
- Y finalmente, dentro de este grupo de los “innombrables”, hay un sector ligado al terrorismo internacional, de Europa, Oriente Medio o irregulares colombianos, y que también tienen un peso específico en su relación con la dictadura.
Sería injusto si no mencionara que hay un quinto grupo, conformado por algunos seguidores originales de un proyecto que se les dibujó como promesa en 1998 pero que realmente nunca se materializó de manera positiva en el país y que sin embargo algunos siguen creyendo en su posibilidad; muchos de ellos ya se han decepcionado y algunos incluso se han pasado a las filas claramente opositoras, pero ese grupo, yo creo que pequeño, existe, sigue allí y forma parte de esos actores que también habrá que tomar en cuenta en cualquier proceso de negociación.
Todos estos grupos, en sus interacciones con el gobierno dictatorial, usurpador, son los que conforman uno de los bloques de negociación para cualquier transición o regreso a la democracia y que, obviamente, tendrán mucho que ver con el punto que trataré en mi próximo artículo y que se refiere a los obstáculos para la negociación.
Lea también: «Escenarios de la salida«, de Ismael Pérez Vigil
2 respuestas
y hay un sexto grupo que nadie nombra pero que todos los conocemos que militan en la oposición y hacen negocios con el regimen y muchos creen que son decentes personas
Excelente Clasificacion y descripcion. Es un sano ejercicio el que usted hace pues Identificar es ciertamente importante… y ademas saber en cual grupo estoy y hacer los ajustes correspondientes. Esperare por el articulo en el que clasifica a los integrantes de la oposicion.