Publicado en: El Nacional
Por: Fernando Rodríguez
Quiero recordar aquella campaña admirable y sorprendente de Capriles frente a Maduro que nos mostró un líder sumergido, literalmente, en el seno del pueblo venezolano, hasta en sus más lejanos confines. Fue admirable, mucho tiempo que no veíamos un espectáculo democrático tal. Probablemente ganó esa elección, probablemente. Luego pasó lo que pasó, entramos en otro capítulo de esta tragedia venezolana, más brutal y despiadada en que tratamos con nuestros escasos recursos de vencer inútilmente en las calles y en elecciones altamente viciadas los armados y crueles recursos de la tiranía que perdieron toda límite. Recuerdo a Capriles también en los enfrentamientos del 17 con un inmenso valor físico participando en primera línea contra las fuerzas viles y armadas del gobierno que se ensañaron con él. Pero también observé cómo se “desvanecía” poco a poco: ausencias, silencios, relaciones poco edificantes, falta de líneas políticas claras. Lo que termina hoy con su renuncia como candidato a las elecciones primarias de la oposición.
Pero esta renuncia que evoca nobles finalidades, fundamentalmente la unidad de la oposición por la que seguirá trabajando, no puede evitar que nos preguntemos por más de una cuestión. La primera, la más simple, que se hace Elías Pino, si la razón más objetiva es que renuncia porque está inhabilitado por qué diablos se inscribió. Acaso porque pensó que lo habilitarían, a lo mejor en México, y nada se movió, lo cual resulta difícil de creer, porque de salir ganancioso en las primarias tenía todo un año para esperar la sanación, sobre todo ahora que Biden parece interesado en conversar, a pesar de los desplantes y cuernos maduristas.
Se podría pensar, más simplemente, que la avasalladora ventura electoral de María Corina y su pobre –dicen que hasta semiabandonada- campaña electoral y sus escasas cifras en las encuestas lo hayan llevado a una situación poco cómoda con su figuración política.
Pero la complejidad del asunto viene realmente de dos elementos muy claros. Si la causa mayor de su renuncia es la inhabilitación, habría que concluir que los demás candidatos sometidos a esa condición, Superlano y la señora Machado, también deberían hacerlo para no dañar al que sí tenga posibilidades reales de competir en el 24.
Por último está su pacto público con Rosales y UT que implicaba el apoyo de éste a Capriles y, seguramente, viceversa, el apoyo de Capriles a Rosales, candidatura extra primarias que desde hace tiempo se viene cantando.
Estas dos últimas inferencias no son apodícticas, son debatibles e importantes.