¡La vida no es derrotable! -Gustavo Méndez

Por: Gustavo Méndez

 Suele ocurrir que los autoritarios combinan sus actos con alusiones a la muerte. Los escuadrones de élite de las hitlerianas Waffen SS portaban como emblema gráfico una calavera humana. La espada y el cráneo; el arma y sus símbolos.

 Por los mismos tiempos, otro comandante, Millán Astray (General era su exacto grado) berreó en una asamblea universitaria “Muera la inteligencia”. Don Miguel de Unamuno, Rector de la Universidad de Salamanca —un  moderado en medio de aquel país turbulento y ensangrentado—, se levantó de su silla para responder al fascista: “Venceréis, pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir, y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha”.

 El lema “Patria, socialismo o muerte” gritado por los soldados y funcionarios públicos hasta que la última apareció realmente, me recordó lo que dijo otro joven, POPOVIC (éste sí, estudiante), fundador de  ‘OTPOR’ (‘RESISTENCIA’), la organización juvenil yugoeslava que prendió la mecha del proceso que derrocó a MILOSEVIC, para explicar las razones de su éxito:

«Pienso que lo logramos porque simplemente amamos la vida, más que ellos. Generalmente estos tipos eran predicadores de la muerte. Su odio, su propaganda, su lenguaje, olía a muerte…y porque queremos la vida y decidimos amarla, y sabíamos que la vida no se puede derrotar… éramos un grupo de fanáticos de la vida y por eso los derrotamos».

 Como el papel aguanta todo, me doy el lujo de corregir a Don Miguel y digo: “Ni venceréis ni convenceréis”. Será porque los jóvenes, los verdaderos jóvenes, me han enseñado que la vida no es derrotable.

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