Publicado en: Blog personal
Por: Ismael Pérez Vigil
Del proceso de Primaria que se desarrolló durante un año y concluyó el 22 de octubre, derivamos distintas experiencias y aprendizajes, dependiendo del papel que cada uno desempeñó en él. Voy a referirme al lenguaje de los políticos, pero antes es necesario aclarar algunos términos.
Aclaratoria de términos.
Primero, no se trata de una posición antipolítica ni antipartidos, nada más lejos de eso; si bien en este momento hablo del “emisor” del mensaje, los “receptores” del mismo tenemos la misma responsabilidad, pues lo recibimos acríticamente, los elegimos y no ejercemos ningún control posterior. Segundo, lo que voy a decir se aplica no solo a los dirigentes políticos sino también a los empresariales, gremiales, de las oenegés, de la sociedad civil y hasta religiosos. Y tercero, por supuesto me voy a referir a Venezuela, pero es un tema que se repite en todo el mundo, de acuerdo a lo que vemos en los estudios y análisis recientes y las informaciones de las redes sociales.
Lenguaje del Líder.
En su acercamiento a sus seguidores, o público objetivo, algunos líderes o dirigentes desarrollan una conducta −y sobre todo un lenguaje− que en algunos casos o en algunas épocas se llamó demagogia, oportunismo y últimamente populismo; y, en este último caso, se describen las semejanzas entre sectores de derecha o de izquierda, como una misma conducta, un mismo lenguaje, una misma forma de abordar a sus seguidores, o posibles seguidores, al grupo de los que quieren captar en sus disputas por el poder.
La fórmula es la misma, buscando la empatía, buscando complacer, adaptan sus propuestas y su lenguaje a lo que detectan que son las necesidades del grupo al cual se dirigen y procuran decir aquello que han detectado que ese grupo humano al que se dirige necesita o está dispuesto a seguir. Por eso para el análisis político o para definir estrategias, por ejemplo, lo importante no es ese lenguaje, no es lo que dicen esos líderes o dirigentes políticos, sino lo que hacen ellos o las organizaciones a las cuales pertenecen, porque como dije, el lenguaje por lo general solo busca complacer, sobre todo a los seguidores más fieles, aquellos que se quiere mantener o los que no se pueden dar el lujo de perder.
Acción de los gobiernos.
Los gobiernos suelen ser maestros en el uso de la demagogia, porque tienen más recursos, los del Estado, para hacer populismo y además tienen el “monopolio” del uso de la fuerza y de las comunicaciones y sin escrúpulos, usan ambos recursos, porque además saben que hay sectores en la oposición y en la población, con los que funcionan las amenazas, el temor a que les recorten las dádivas que ofrece el gobierno, de sufrir consecuencias personales por su actividad política, de perder sus negocios o propiedades o algo similar, y por tanto, los gobiernos logran que se aparten de la política, que se inhiban de actuar o en el caso extremo, que se vayan del país.
El caso Venezuela.
Lo señalado lo estamos viendo en la Venezuela de hoy y por eso, algunas expresiones de los actores políticos las definimos como: “discurso para la galería”, discurso dirigido a sus propias bases, a sus seguidores, lenguaje que puede ser distinto a lo que hacen, en su actuación proselitista cotidiana en el desempeño del gobierno o en la posición que ocupan en alguna organización u organismo del Estado; o en la negociación que emprenden en su desempeño político, en su desempeño del poder, pues como todos sabemos, lograr o mantener el poder es una permanente negociación.
Por eso cuando hacemos análisis político o definimos estrategias a seguir, debemos dejar de lado el lenguaje de esos lideres y enfocarnos en lo que hacen; o en lo que, como ya dije, dicen de manera oficial en declaraciones los grupos a los que pertenecen, porque ésta es una voz algo más sensata y más filtrada, pues es la voz del colectivo, donde se amalgaman y conviven diferentes intereses.
La mayor parte de las veces lo que dicen estos lideres se corresponde con lo que desean que sea la realidad o con lo que desean que suceda y así debe ser, para eso es el líder, para acompañar los procesos y orientarlos; pero algunas veces hay desviaciones y lo que dicen no siempre se corresponde con lo que realmente piensan o con lo que hacen; por eso, cuando tienen que actuar en representación y como voceros genuinos y estrictos de los grupos a los que pertenecen, lo que dicen en el desempeño de ese papel puede ser muy distinto de lo que dicen en los momentos de exaltación personalista.
Por eso, ante lo que ahora está ocurriendo con el tema de la inhabilitación de la candidata unitaria, y de otros líderes políticos, de un posible adelanto de elecciones, de una paralización de las negociaciones que dieron pie al Acuerdo de Barbados, de algunas propuestas que nadie ha confirmado −como lo de sustituir al candidato oficial a cambio de eliminar sanciones y aceptar la inhabilitación de la candidata de la unidad democrática−, lo prudente es ver los hechos objetivos, lo que de verdad está ocurriendo, las declaraciones oficiales de los actores que están en la negociación y no lo que dicen o vociferan algunos de sus voceros. Examinemos las cosas desde este punto de vista y veamos lo que oficialmente dicen los principales actores.
El gobierno venezolano.
Lo que dicen algunos voceros interesados, tanto del gobierno como de algunos sectores de la oposición, es que el gobierno habría dado una “patada” definitiva a la mesa y echado por la borda el Acuerdo de Barbados. Se basan en las declaraciones altisonantes y escatológicas de algunos voceros refiriéndose a otros negociadores, o en alguna propuesta de otros que aseguran −sin que ninguna declaración oficial se haya producido− que se adelantarían las elecciones presidenciales a una fecha, tan temprana como el mes de mayo. ¿Esa es una propuesta real o se trata de un globo de ensayo, de una provocación? Porque dado el vocero que la divulgó, no es la primera vez que se lanza una propuesta para ver qué ocurre.
Lo que, hasta ahora ha pasado, la realidad, es una reunión el 5 de febrero, convocada por la Asamblea Nacional −convocatoria para una decisión que no le corresponde− para discutir el cronograma y fecha de la elección presidencial de 2024. A esa reunión acudieron representantes de esa oposición Ad hoc del gobierno y allí o en declaraciones públicas, esos voceros, han propuesto diferentes fechas para la elección: desde abril, hasta julio o agosto y algunos incluso el mes de octubre. Un dato adicional e importante, que ya algunos analistas han destacado, es que cualquier fecha después del primero de julio, preserva lo acordado en Barbados: realizar la elección en el segundo semestre de 2024. Pero cualquier fecha, lo más próxima posible, aun preservando lo acordado en Barbados del segundo semestre de 2024, es útil para el gobierno y seguramente menos favorable para la oposición democrática y para el objetivo de lograr un proceso más libre y justo, con actualización del Registro Electoral en Venezuela y el exterior, y otras condiciones que varios expertos ya han enumerado. Pero, es algo para lo que habrá que prepararse.
Los objetivos del gobierno no han cambiado: mantenerse en el poder, lograr que se eliminen las sanciones económicas para tener recursos para la campaña electoral y procurar dividir a la oposición democrática para garantizarse una mejor votación en esas elecciones, que en estos momentos todo el mundo augura que no le sería favorable.
Esos objetivos, según estamos viendo, son secundados por la oposición que llamo Ad hoc, cuyo objetivo no logrado es desplazar el liderazgo de la oposición democrática; y por las reuniones del gobierno con algunos representantes del mundo empresarial que quieren que las sanciones, sobre todo económicas, sean eliminadas, esperanzados en una “tropicalización” del modelo económico chino, olvidando que no viene solo, sino no con su modelo político adosado, que implica autocracia y represión, nunca democracia.
El gobierno norteamericano (GN)
Este actor tampoco ha variado sus objetivos hacia Venezuela, que yo creo que son sacar a Venezuela de la esfera de influencia geopolítica de alguno de sus competidores internacionales y evitar que ese mal que afecta a las democracias en el mundo y en América Latina se siga extendiendo y por ello propicia el retorno a la plena democracia en nuestro país, mediante elecciones libres y justas, entre otras cosas. Por supuesto tiene algunos objetivos secundarios, como liberar algunos de sus nacionales, detenidos en el exterior, por ejemplo, en Venezuela, porque obviamente ese tipo de acción lo ayuda en su campaña interna, la cual también está en desarrollo. Lo cierto es que el GN ha reiterado su objetivo hacia la democracia venezolana y las elecciones libres y justas y ha reiterado que hasta que no se logren avances en esa dirección, no levantará algunas sanciones e incluso ha anunciado la cancelación de otras que había levantado u ofrecido levantar. Por supuesto, no cierra la negociación, y envía a sus negociadores a reunirse, en alguna parte, con un negociador venezolano y a visitar otros países de América Latina.
Con respecto al tema Barbados, otros actores de la Comunidad Internacional, como los facilitadores o mediadores del Reino de Noruega, que considero muy duchos en estos menesteres, han visitado el país, se han reunido, imagino que con los diferentes actores, y han emitido un comunicado sobre el proceso de negociación, a pesar de las declaraciones altisonantes y escatológicas de los voceros del gobierno. No hay que ser un gran experto en la materia para afirmar que, si los mediadores noruegos vienen y hacen esa declaración, es porque creen que de alguna forma el proceso de Barbados continúa.
La oposición democrática.
Sin descuidar u olvidar otros problemas, el de la inhabilitación de la candidata opositora, María Corina Machado, MCM, es el que más afecta a la oposición democrática y por eso la discusión está muy encendida; desde luego se rechaza la inhabilitación de la candidata −y todas las inhabilitaciones− y se ha anunciado la disposición de luchar para derogar la arbitraria e ilegal medida. Y eso es sin duda lo que corresponde; la primera carta a jugar es respetar la decisión popular expresada el 22 de octubre por más de dos millones y medio de venezolanos y defender, sin sacrificar el objetivo final, a la candidata inhabilitada, al tiempo que se trabaja en la organización de la oposición para la elección presidencial y para defender sus resultados. La posición no puede ser: “como ya sabíamos esto, abandonemos la lucha y busquemos una salida”. Pero lo más importante es que tanto la Plataforma Unitaria, PU, como varios de los partidos y la propia candidata han reafirmado que no abandonarán ni la unidad, ni la vía electoral, para alcanzar la democracia.
También sabíamos que hay sectores opositores desconfiados u opuestos al proceso de Primaria, que les interesa que se redefina el tema de la candidatura, dejando de lado la Primaria; pero, como ya dije, lo cierto es que todos hasta el momento han rechazado la inhabilitación de MCM y reafirmado su apoyo a esa candidatura. Así vimos, por ejemplo, en la rueda de prensa del XXXX a la candidata rodeada de altos dirigentes de algunos partidos políticos y excandidatos, así como declaraciones oficiales de la PU, en conjunto y por separado de varios de sus partidos integrantes con respecto a la inhabilitación y al proceso y resultado de la Primaria. Corresponde entonces a los partidos y a la candidata jugar bien sus cartas, que no son solamente electorales, sino políticas.
Conclusión.
Aparte del lenguaje y las declaraciones de voceros oficiales, que podrían ser parte del “lenguaje” que hemos criticado, que ahora se desdicen y matizan sus declaraciones con respecto a la negociación y sus posiciones ante el proceso electoral, más allá de eso, reitero, y de la especulación sobre reuniones secretas o sus agendas, Barbados continua; la fecha electoral no se ha fijado; el proceso de rechazo de la inhabilitación y la lucha de la oposición democrática por resolver la situación, continúan; las sanciones internacionales se mantienen; el repudio de la comunidad internacional a la situación política en Venezuela también se mantiene e incrementa y nadie ha planteado, que se sepa oficialmente, el intercambio de la candidatura oficial por sanciones y aceptación de la inhabilitación de MCM.
Esos son para mí los hechos objetivos, en los que hay que fijarse para el análisis político y para definir una estrategia, y no en el lenguaje de las declaraciones de algunos voceros, dirigentes o líderes, que no sabemos bien si se guían por la realidad, por lo que objetivamente está ocurriendo o por lo que desean que sea la realidad o por sus fines políticos inmediatos. En la situación actual del país es necesario y pertinente ver los objetivos de los actores, para entender su lenguaje; pero, definir la estrategia solo por los hechos objetivos y por lo que hacen.