Muguruza: la Venezuela que podemos ser…

Por: José Manuel Puente

La campeona este año del Roland Garros, uno de los torneos depuente tenis más importantes del mundo, es la hispano – venezolana Garbiñe Muguruza. A pesar de estar residenciada en Suiza y defender los colores de España en competencias internacionales, esta tenista que ocupa el 2do. lugar en el ranking mundial nació en Caracas en 1993 y su madre es venezolana. A los 3 años dio sus primeros pasos en el tenis en Venezuela en donde vivió hasta 1999. Su triunfo en Francia, en una de las competencias más importantes del mundo del tenis en una dura batalla con la número uno del mundo, la tenista norteamericana Serena Williams, ciertamente muestra su calidad técnica pero también la tenacidad y pasión con la que juega, valores característicos de España pero también de Venezuela, una sociedad acostumbrada a sobrevivir en las condiciones más extremas con una sonrisa y una visión optimista y solidaria de la vida.

 

Su triunfo nos hace recordar lo importante que es para las sociedades asociarse con el éxito. Para Venezuela el éxito deportivo y económico en los últimos años no ha estado de nuestro lado, pero esto no siempre fue así. Nuestra economía durante el periodo 1950-1977 fue la “campeona mundial” de crecimiento y baja inflación. Durante ese período de tres décadas Venezuela creció a una tasa superior al 6% promedio anual con inflaciones del 3,1% promedio. Ese éxito macroeconómico fue acompañado – como es natural en esos ciclos virtuosos –  de estabilidad cambiaria, de grandes inversiones en infraestructura, capital humano, ciudades seguras y con la mayor calidad de vida del continente, hecho que atrajo a millones de inmigrantes, como los padres de Garbiñe.

 

Lamentablemente ese círculo virtuoso cambió radicalmente. Venezuela tiene una de las economías de peor desempeño en América Latina en las últimas tres décadas y particularmente en el 2016 Venezuela tendrá el peor desempeño macroeconómico del mundo. La economía venezolana estará  caracterizada por una muy alta inflación de tres dígitos, una fuerte contracción del PIB cercana al -8% y niveles de desabastecimiento nunca antes vistos en nuestra economía. Pero, paradójicamente, este gran colapso representa una gran oportunidad de refundación de nuestra economía y sociedad. Es en momentos de crisis cuando generaciones no contaminadas inician procesos de cambio y reconstrucción, porque Venezuela – a pesar de los indicadores negativos que hoy exhibe – tiene un gran potencial como el de Garbiñe, que con trabajo, esfuerzo y tesón se (re) inventó. Este triunfo de la española nacida en Venezuela nos hace recordar de lo que podemos ser capaces. 

 

Garbiñe, ¡mil felicitaciones y mil gracias por regalarnos tanta alegría y sobretodo por hacernos recordar la Venezuela que fuimos y que podemos volver a ser!

 

*Profesor invitado. Blavatnik School of Government. Universidad de Oxford e IESA.  jose.puente@bsg.ox.ac.uk

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