La inteligencia artificial, para que sea inteligente, necesita que tras ella haya gente inteligente. De lo contrario es, como bien reza la frase, ”basura entra, basura sale”.
Valiéndose de instrumentos de inteligencia artificial, dos amigos montan una estación de radio. Están felices. No tienen empleados con los que lidiar. No los necesitan. Todo es asunto de un extraordinario software y de la excelencia de la señora IA. En la nochecita, en el bar de siempre toman unos tragos y presumen de su gran logro. No han atinado a pasearse por dos pequeños detalles: uno, lo que ellos han hecho y que tanto les infla el orgullo lo puede hacer cualquiera con acceso a la misma tecnología; dos, en breve -semanas tal vez- uno de los dos estará de sobra. Escupir para arriba.
Un genio no es solo una persona con un altísimo coeficiente intelectual. Es alguien que con esa inteligencia hace algo que no se ha hecho antes. Descubre, crea. Muchos pueden ir a la universidad y estudiar años y años de Física. Eso no lo convertirá en Einstein. Una computadora alimentada con todos los conocimientos que existen sobre Física no tendrá el cerebro de Einstein, aunque el fabricante la haya bautizado con ese mismo nombre.
Las computadoras del mundo han sido cargadas con toda la obra literaria universal. Y a ojos tontos, puede suponerse que una computadora puede escribir un texto como “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”. Puede recrearlo, tal vez modernizarlo, no crearlo. Un loro puede aprender montones de palabras, puede incluso reproducir frases. Pero un loro no habla.
El problema está en que es tan atractivo lo que vemos producido por inteligencia artificial que estamos al borde de caer en la trampa de suponer que ella puede sustituir a la inteligencia humana, que puede humanizarse. Y muchos aplauden que esa IA nos puede librar de las majaderías de los seres humanos de carne y hueso.
Picasso hubo uno. Y no habrá otro. Habrá alguien que con su cerebro pinte algo tan sobresaliente como Picasso. Espero que sus padres hayan tenido la creatividad de ponerle otro nombre. Con IA se puede copiar a Picasso. No se puede ser Picasso.