Por: Aquiles Baez
Aquiles Báez, conocido intérprete y promotor cultural, realiza un balance de los talentos emergentes de la escena venezolana del s. XXI
Adentrándonos en el siglo XXI podemos estar orgullosos de lo que tenemos en puerta. Según mi punto de vista, el desarrollo de las orquestas sinfónicas, así como el apoyo a la academia musical, está dando sus frutos. Les voy a mencionar una lista de músicos que están dando de qué hablar por lo que hacen.
Creadores como Alfredo Naranjo (compositor y un virtuoso con el vibráfono) o el gran saxofonista Pablo Gil, los pianistas Leo Blanco, Gonzalo Grau, Ed Simon, Víctor Mestas y Luis Perdomo, entre otros, abrieron una frontera entre el jazz y los géneros venezolanos. Maestros como Andrés Briceño han hecho escuela partiendo de la tradición, adaptando el contenido rítmico a los tambores de la batería, seguido de varias generaciones de bateristas como: Adolfo Herrera, Miguel Hernández, Yilmer Vivas, Daniel Prim, Euro Zambrano, entre muchos otros. A través de las clases impartidas por los maestros Alexander Livinalli, Miguel (Miguito) Urbina y Manuel Moreno del fabuloso grupo Herencia, entre muchos otros, se han desarrollado a una cantidad fascinante de percusionistas que manejan los ritmos venezolanos a cabalidad.
También vemos el desarrollo de multipercusionistas inspirados por el mago de los sonidos y efectos percusivos: Carlos «Nené» Quintero, seguido por sus sobrinos Luisito y Robert, segundos por magos como Juan Berbin, Jonathan Gavidia, Leowaldo Aldana, Roberto Castillo, Rolando Canónico, seguidos por tamboreros de fuerza como Néstor «El Chivo» Gutiérrez, Omar Oliveros o gente como Diego «el negro» Álvarez o Julio Alcocer que están creando y manejando su creatividad desde el Cajón.
Las maracas han llegado a un punto de desarrollo impensable. Magos de los Capachos (como se les dice): Ernesto Laya, Manuel Rangel, Wilmer Montilla, Caryasenri y Oneycar Orozco (hijos de Carlos Orozco) hacen cosas con las que podrían fácilmente pertenecer al Cirque du Soleil .
A partir de La Siembra del Cuatro, creada por el maestro Cheo Hurtado, se generó un incentivo que dio como fruto el desarrollo de nuestros cuatristas. Por otra parte, El Pollo Brito sin duda es una fuente de inspiración para los noveles cuatristas al crear una forma de tocar más rítmica. Luego están los chicos de C4 trío: Héctor Molina, Jorge Glem y Edward Ramírez, quienes han cambiado no solo la forma de tocar el instrumento sino que le han dado un respiro hermoso a la música creada para el Cuatro. Para seguir la lista: Miguel Siso, Carlos Capacho, Luis Pino, Nelson González, Henry Linárez, entre otros. En el Arpa se puede hablar de un antes y un después de Carlos «Metralleta» Orozco, así como de maestros como Leonard Jácome, Eduardo Betancourt, Manuel Camero y en el arpa tuyera está Yustardi Laza. Las bandolas también se han desarrollado a través de trabajos como el de Ismael Querales, Moisés Torrealba, Héctor Hernández en la llanera y en la Oriental están Ricardo Sandoval y Beto Valderrama. Los solistas de instrumentos de corte mas clásico como la Flauta están generando glorias musicales. Marco Granados, Nicolás Real, Nicaulys Alley, Omar Acosta, Javier Montilla, Erick Chacón, María Fernanda Castillo, María José León, Manuel Rojas, además de los reconocidos Luis Julio Toro o Huáscar Barradas. También están los clarinetistas como: Alcides Rodríguez, Valdemar Rodríguez, Demián Martínez, Jorge Montilla o Cheche Requena. Trompetistas como Pacho Flores, Chipie Chacón, Linda Briceño, Darwin Manzi. Saxofonistas como Héctor Hernández, Rafael Greco. Bajistas como Gonzalo Teppa, Roberto Koch, David Carpio, Freddy Adrián, David Peña. Violinistas como Alexis Cárdenas, Eddy Marcano, David Moreira, Ernesto Briceño o Eddie Cordero. Pianistas como Gabriel Chakarji, Baden Goyo, Leandro García o Prisca Dávila, además de los guitarristas: Álvaro Paiva, Edwin Arellano, Manuel Rangel, los mandolinitas Jorge Torres, Ricardo Sandoval o los multiinstrumentistas como Gustavo Carusi, Rodner Padilla, Lester Paredes y Jackie Rago.
Cantantes como Marina Bravo, Amanda y Marisela Querales, Luisana Pérez, Fabiola José, César Gómez, Zeneida Rodríguez, Betsayda Machado, Sybil González, Mariana Serrano, Hanna Kobayashi, Carmela Ramírez, Luis Oswaldo Acacio (El Inmenso), Constanza Liz, Gerardo Valentín, Carlos Talez. Cantautores como José Alejandro Delgado, Fabby Olano, José Alejandro Paredes, Eliana Cuevas, Ana Loyo, Goyito Yépez, Alejandro Zavala. Además de ensambles como Los Sinvergüenzas, EnCayapa, El Quinteto menos uno, Quintillo Ensamble, Tramao, Guasak4, Kapicua, Arcano, Oncora, La Cuadra Venezolana.
La herencia se filtra en la sangre creando lo que somos y dándole fuerza a lo que seremos. Por eso hay que buscar un espacio desde la esperanza. La música venezolana del siglo XXI es un tesoro que tenemos que compartir y repartírnoslo. Sin duda alguna debemos sentirnos orgullosos de nuestra historia musical, así como de nuestro presente y saber que el futuro está en nuestras manos y nos pertenece.