Soledad Morillo Belloso

Pensamiento en cajitas – Soledad Morillo Belloso

Por: Soledad Morillo Belloso

De idiotas, de malucos y de locos todos tenemos un poco. Pero la gran pregunta es cuál hace más daño, o menos.

Son tiempos difíciles. Abundan los políticos sin liderazgo. Y quienes sí tienen liderazgo, pues huyen de la política. Además, estamos entrampados en una maraña de etiquetas con las que creemos estar a salvo.  Vamos ya casi por un cuarto de este siglo y las narrativas políticas suenan a siglo pasado. “Comunistas”, “capitalistas”, “izquierda”, “derecha”.  Y a eso le sumamos ese coso que es el lenguaje “políticamente correcto”, que es la mejor coartada para zafarse de algo absolutamente fundamental: el compromiso.  Y están los vocablos que son un atentado contra el idioma: “amigues”, “todes”. Pobre “e”, vocal  condenada a la esclavitud de la ignorancia de nuevo cuño.
Dentro del bolso de los grises cae también el igualar. Así, el fiscal de la Corte Internacional equipara al gobierno de Israel con Hamas. Hasta el Dante hubiera hecho claros distingos. Los musulmanes son metidos todos en el mismo saco, como si no hubiera conspicuas diferencias entre ellos. Alguien dice que Pedro Sánchez y Felipe González son lo mismo. Tal aseveración  no resiste ni el más mínimo análisis. A Biden le endilgan el mote de “ñángara” y a Trump el de “facho”.
Decía Antonio Cova que el principal signo de estos tiempos es el deseo del pensamiento que venden en cajitas, para preparación instantánea. Decía Antonio que eso es poner “el cerebro en reposo”.  En esa puesta en escena, los idiotas, los malucos y los locos hacen fiesta.

 

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