Píntame angelitos libres – Claudio Nazoa

Por: Claudio Nazoa

Andrés Eloy Blanco vivió una época que los venezolanos creíamos que no volvería, en la que luchadores demócratas fueron encarcelados, torturados y hasta asesinados por no pensar como el dictador de turno. Fue lejano al odio y al resentimiento a pesar de haber sido víctima del despotismo de Juan Vicente Gómez, quien lo encarceló en el Castillo de Puerto Cabello colocándole un pesado grillete.

Ya en libertad, Andrés Eloy lanzó los grillos de sus pies al mar y dijo: “…Maldito sea el hombre que intente fabricarlos de nuevo y poner una argolla de hierro en la carne de un hijo de Venezuela”.

Los grandes humoristas, comediantes, caricaturistas, poetas y escritores que nos antecedieron vivieron casi siempre bajo regímenes dictatoriales con poco sentido del humor. Para algunos era extraño que intentaran cobrar ya que se asociaba el arte de hacer reír con la echadera de broma por la cual nadie paga. Eso hacía que tuvieran sus bolsillos limpios y a sus familias muertas de hambre y de risa.

Andrés Eloy podía hacer chistes y parodias de sus carceleros. Podía, con todo derecho, escribir versos humorísticos a sus compañeros de penurias, sin embargo habría sido detestable que los esbirros hicieran chistes o bromas sobre los presos.

Para Aquiles Nazoa, el humor hace que la gente piense sin que se dé cuenta de que lo está haciendo. El humor es amigo del amor y cuestionador del poder cualquiera que este sea. El humor es crítico y sarcástico. No puede ser utilizado como el arma de un poderoso contra un débil, porque se convierte en cinismo. El humor y el odio no pueden convivir.

Entre el humor y el poder hay enemistad. El humor pone en evidencia la debilidad del autócrata o del mediocre. Es el humor la pequeña gran venganza de los débiles. Mientras más respetuoso e inteligente, mayor será su efecto demoledor.

Andrés Eloy Blanco es el poeta del pueblo. Surgió del agua de su ciudad, de la empanada de cazón, de los peñeros, de los mercados, del pensativo caracol que medita sobre una piedra frente al mar.

Andrés Eloy es libertad, poesía y humor.

Andrés Eloy hizo su trabajo. Nos hizo pensar, sonreír y ser felices. Gracias a hombres como él conocimos la democracia, la libertad y la felicidad, que son las razones por las que deberíamos luchar.

Tristemente, a la Venezuela de hoy estos diablos rojos le han puesto los grilletes otra vez. Qué pena con nuestros hijos que, mientras está pasando eso, estemos tan calladitos.

Andrés Eloy, píntame angelitos libres.

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