Sobre Ledezma, bolas y cuatriboleados - Pedro Pablo Peñaloza

Sobre Ledezma, bolas y cuatriboleados – Pedro Pablo Peñaloza

“Fueron los últimos cinco minutos de la conversación, pero aquello tuvo el efecto bola de nieve. Rodó y se hizo más grande al aseverar que hablan con militares, facilitando excusas al régimen chavista para inventarse la enésima purga dentro de los cuarteles. Aunque está de paso por Miami, el exalcalde Antonio Ledezma se ha instalado en Madrid. De regreso en la capital ibérica, podrá hacer una pausa y reflexionar, pues en los últimos días no ha dado pie con bola”.

Publicado en: La Gran Aldea

Por: Pedro Pablo Peñaloza

Sin duda, las conserva. Aunque quizá hayan cambiado sus formas, pues para asistir a ciertos espacios digitales es menester tenerlas cuadradas. No obstante, en el momento cumbre, se redujeron hasta extinguirse.

Para el exalcalde metropolitano, Antonio Ledezma, siempre ha sido importante tenerlas bien puestas. Ya en su anterior incursión televisiva había soltado esta perla en defensa de su candidata, María Corina Machado: “La gente sabe que está resteada, que tiene, que tiene… cuidado si no le hacen un examen de próstata, porque tiene de sobra”.

En la más reciente intervención, que se extendió por casi 49 minutos, valientemente se expuso a que se les acatarraran, en especial por la actitud de un oficial retirado que insistentemente le repetía que la salida electoral que intenta con Machado es una quimera. También habrá sentido que se las pisaban cuando le preguntaban y repreguntaban qué es eso de “hasta el final”.

Consultado por los signos que avisaban el inexorable fracaso del gobierno interino, aclaró que en ese tiempo no tenía una de cristal para leer el futuro. Ahora sigue sin tenerla y tal vez por eso se le hizo imposible prever el comentario de la conductora del programa. Una bola rápida a los codos.

“¿Acaso temió la reacción de la conductora, siempre propensa a disparar bolas de fuego?”

Inmediatamente después de que uno de los entrevistadores manifestara su indignación por los fastos del Consejo Legislativo del estado Zulia y resaltara la sencillez en el vestir de Machado, la moderadora expresó: “Sobre eso que estás diciendo, me quedo con dos cosas, sí hay un plan y que el objetivo es la rebelión civil acompañada de la rebelión militar”.

Y allí se les desaparecieron. En lugar de desmontar aquella elucubración ipso facto con coraje y denuedo, Ledezma se dejó llevar por la ola. Sin b. ¿Acaso temió la reacción de la conductora, siempre propensa a disparar bolas de fuego?

Obligado por las circunstancias, posteriormente trató de enmendar la plana. Los maledicentes afirman que lo hizo porque se las apretaron. En estos casos es normal que corran rumores. Es decir, bolas. Otro calumniador de oficio espetó: “Eso lo hizo a propósito para enredar a María Corina. Él es a la candidata lo mismo que Leopoldo López a Juan Guaidó”.

La interpretación menos grave: El veterano dirigente fue víctima de una trampa para fusilarlo en las redes. La más optimista: Ledezma lanzó ese dardo para tratar de movilizar y congraciarse con sus simpatizantes más extremistas, que aún no digieren del todo el cambio de rumbo. En definitiva: se las jugó por su jefa.

Fueron los últimos cinco minutos de la conversación, pero aquello tuvo el efecto bola de nieve. Rodó y se hizo más grande al aseverar que hablan con militares, facilitando excusas al régimen chavista para inventarse la enésima purga dentro de los cuarteles. Y empeoró cuando ante una interrogante que presentaba a todos los miembros de la oposición venezolana como unos vendidos, tampoco reaccionó para exigir respeto a sus aliados.

Sonará sorprendente y contradictorio en un dirigente que se jacta de tenerlas de acero, pero puede que todo esto haya ocurrido por miedo. Miedo al repudio de la particular audiencia del programa, que gusta desayunar niños crudos. Miedo a los contertulios, que martillaban sobre las contradicciones, cuestionaban la vía electoral o acusaban a toda la oposición de entregarse al régimen. Miedo a reconocer los propios errores. Miedo a no ser tan radical como antes. Miedo a recoger o tragarse mucho de lo que se ha dicho en los últimos años.

Por eso destacaba que los principios y valores son “innegociables” y reiteraba una y otra vez que apoyaron el TIAR y el R2P. Miedo también a que sus antiguos compañeros le tiraran bola negra. Difícil asumir responsabilidades en una campaña electoral con una bola de plomo amarrada en el tobillo.

Aunque está de paso por Miami, el exalcalde se ha instalado en Madrid. De regreso en la capital ibérica, podrá hacer una pausa y reflexionar, mientras camina hacia El Retiro. Famoso parque. Cavilación necesaria, pues en los últimos días no ha dado pie con bola.

 

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