Publicado en: Termómetro Nacional
Lo anunció a los cuatro vientos: su muchacha se graduó. La entiendo: siempre es un orgullo ver a los hijos completar ciclos y avanzar en sus vidas. Y que tengan una carrera universitaria es un importante activo en el mundo de hoy, porque entre tantos tiktokers, youtubers e influencers, se necesitará gente que haga el trabajo que en realidad mueve al mundo, no solo el que mueve las redes.
Su muchacha se graduó. Pero no se graduó en Venezuela… se graduó en un país del primer mundo, de ésos de los que su papá -ya fallecido- denigraba. Y es que el papá de la muchacha era un antiimperialista acérrimo. ¿Por qué la muchacha no habrá estudiado en su país? Hubiera podido estudiar en la UNEFA, en la Universidad Bolivariana, o en alguna aldea universitaria paridas por la revolución. Pero dicen que se fue porque estaba siendo objeto de acoso. Ciertamente, el acoso es malo. Pero en las instituciones que nombré, jamás hubiera sido acosada: todo lo contrario. Se hubiera tenido que sacudir a los jaladores de mecate a sombrerazos. ¿O es que acaso la muchacha quería estudiar en una universidad donde estudian “los hijitos de papá” de los que tanto denostaba su padre? También ha podido haber estudiado en Cuba, en Nicaragua, en Bolivia, por ejemplo, si era por evitar el acoso.
Su muchacha se graduó. ¿Quién le habrá pagado los estudios? Porque supuestamente, el papá carecía de bienes de fortuna como empleado público que era en Venezuela. Con su sueldo, jamás hubiera podido pagarle los estudios en ninguna parte. Y la ciudad donde ella se graduó, allá lejos, no es precisamente una ciudad barata. ¿Cuánto habrán costado el curso de idiomas, la vivienda, la comida, la universidad (o las universidades, porque en un primer momento la mamá dijo que estudiaría en otra distinta) los paseos, la ropa, las fiestas?.. ¿Cuántos hijos de funcionarios -no corruptos- pueden siquiera ir de vacaciones a Margarita?
Su muchacha se graduó. Y no puedo dejar de preguntarme ¿cuántos no han podido graduarse en Venezuela? ¿No sentirá la graduada al menos un poquito de vergüenza de que ella sí pudo? ¡Y nada menos que en un buen instituto de un país desarrollado! ¿No habrá pensado siquiera alguito en los profesores arruinados irremediablemente que hoy apenas sobreviven aquí en su país? Tal vez no… en la foto que publicó su mamá salen muy reídas…
Su muchacha se graduó y ella pudo asistir al grado. ¿Sabrá cuántos padres no han podido acompañar a sus hijos no solo en sus graduaciones, sino en tantos otros momentos importantes de sus vidas, simplemente porque no tienen el dinero para hacerlo?… Ella… ¡ella sí lo tiene! Se rumora que en su familia son muy exitosos vendiendo productos de Avon. Debe ser por eso que publica su foto, donde lo primero que salta a la vista es la cartera que parece una Pantera de Cartier, francesa para más señas, cuyo costo, de ser auténtica, debe rondar los $3000…
Su muchacha se graduó y ojalá entienda de dónde viene para que tome el camino contrario… el camino que su misma mamá, la que hoy se ufana de su logro, escogió para ella al separarla de la “revolución bonita” en la que creía su papá, ésa que tanta hambre, tanta miseria y tantas tristezas nos ha traído.