Teodoro como problema – Laureano Márquez

Por: Laureano Márquez

¿Qué le sucede a este régimen con Teodoro? ¿Por qué tanto ensañamiento? ¿Por qué lo que hace y dice causa tanta urticaria al punto de que hay que demandarlo, prohibirle la salida del país y perseguirle?

Desde los tiempos en que el finado lo aludía sin nombrarlo, cuando hablaba -en general- de “cualquier director de periódico de un vespertino que comienza por “T” y termina con “L”, de bigotes y lentes que fue varias veces candidato presidencial por un partido de izquierda, de apellido raro, aunque nacido en El Batey”, se notaba el gran problema que Teodoro constituye para este régimen. Él representa todo lo que ellos no son y saben que no pueden ser por no tener catadura moral para ello: un hombre inteligente, culto, de convicciones, honesto, sincero y con capacidad de rectificación al punto de decir las verdades incluso cuando la proclamación de estas no benefician. Teodoro tiene un historial de vida que quisieran tener y nunca tendrán. Ese es el verdadero problema de Teodoro: les recuerda lo que no son. Por ello hay que arremeter en su contra.

Lo último es declarar su “muerte civil”, decidieron matarle en vida, necesitan pasar la página. ¿Qué será lo siguiente? ¿Una decisión de la ANC declarando que Teodoro nunca existió, que fue “ficción que da a lo inaccesible una proximidad de lejanía”? Un régimen que dilapidó la fortuna más grande de la historia universal, que acabó con la vida de tantos cuando apenas florecía, que arrastra a un pueblo a la hambruna y a la muerte, sumiendo a una nación entera en el fracaso, declara que Teodoro sufre de demencia. Creo que tendríamos que dar gracias a Dios desde este periódico, aunque Teo-doro es a- Teo, ¿ustedes se imaginan que lo hubiesen declarado cuerdo? ¡la suprema raya!

“¿Existen enfermedades y desórdenes nerviosos en una sociedad comunista? Evidentemente que sí. Entonces, habrá delitos que son propios de personas con mentes anormales…En relación a aquellos que se oponen al comunismo, podemos decirles claramente que el estado mental de dichas personas no es normal”.

La frase que antecede es del líder ruso Nikita Khrushchev. Representa bien la mentalidad del pensamiento comunista antidemocrático. El que se opone esta loco, es un enfermo, no es gente, no es humano. Esta convicción autoriza cualquier acción en su contra. Acabar con un gusano no es delito, no perturba la consciencia de nadie porque siempre se encuentran las razones para justificar todo lo que en contra de su insalubre presencia se haga. Hay que recluirlo, tratarlo, exterminarlo, física o civilmente.

Hay gente que por ser dueña temporal de un poder ejercido autoritariamente, se cree dueña del tiempo y del juicio de la historia, “sueña el rey que es rey y vive con este engaño mandando”. Afortunadamente la vida hace su trabajo y va colocando a cada quien en el lugar que merece: algunos como tiranos de ingrata recordación, otros como verdaderos constructores de ideas que trascienden y cambian el mundo para hacer de él un lugar mejor: son los precursores del bien.

Teodoro no necesita que lo defiendan y mucho menos yo. Su alma tiene capacidad suficiente para evadir todas las prisiones, mientras los carceleros quedan encerrados en el laberinto de su incosnistencia moral. A Teodoro lo defiende su vida, su historia. Escribo estas líneas, no por él, las escribo por mí, para decirme a mí mismo que no me quedé callado cuando era menester hablar.

En las acciones de este régimen kafkiano, la invasión de Praga se repite cada día. Ya la historia se encargara de juzgar de qué lado estuvo la demencia.

 

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