El triunfo de la sensatez – Soledad Morillo Belloso

Suelo escribir en esa hora de la elegante melancolía del crepúsculo.mk9HMijk_400x400 Porque cuando se tiene este oficio hay que dejar que lo sucedido nos impregne. Para que las palabras fluyan desde adentro y no desde esa despreciable posición de quienes se recubren de teflón el cuerpo y el alma, dizque para ser imparciales. No soy imparcial. Ni quiero serlo. Imparciales, por ejemplo, fueron millones de personas que desde la más negligente posición permitieron que hubiera un genocidio en Europa durante el imperio del nazismo, en una patética interpretación del «dejar hacer, dejar pasar».
Colombia no está dividida en el qué. Sí en el cómo. El NO a un acuerdo mal hecho, mal negociado y plagado de injusticia e impunidad no fue un Sí a la guerra, como tan torpemente los apoyadores del Sí trataron de vender envuelto en telas fantasmagóricas y olor a pólvora. El NO triunfa en el plebiscito. Fue un fuerte grito, un ASÍ NO, en mayúsculas, negritas y entre signos de exclamación. Así, con concesiones e impunidad para asesinos, con lluvia de injusticia para las millones de víctimas, con prebendas políticas vergonzantes para los líderes guerrilleros, con todavía bajo secuestro cientos de personas, con conveniente repartición de tierras a quienes llevan años azotando con crueldad a la sociedad colombiana, ASÍ NO. El acuerdo negociado en Cuba, el país menos democrático de todo el sub continente, generaba un paraíso fiscal, económico, legal y político para la organización de mayor ferocidad, violencia y salvajismo en la historia de la insurgencia en América Latina. En esas cientos de páginas se fabricaba un colchón de plumas para quienes hostigaron, violaron, secuestraron, asesinaron, vejaron, desplazaron y convirtieron en un infierno la vida de millones de colombianos. Ahora quienes fraguaron este acuerdo indigno se tienen que sentar a rehacer lo mal hecho. No más la exclusión a la que sometieron a la sociedad colombiana. Sorprende que Santos, un hombre que estuvo en el gobierno de Pastrana y también en el de Uribe haya sido tan torpe. No aprendió nada. Ha quedado a la altura del betún. La historia lo hará trizas.
En España, el jefe del PSOE, Pedro Sánchez, mete la pata hasta la cabeza del fémur. Los socialistas detectan tarde el tamaño de su crisis, cuando ya mucho daño está hecho. Al borde del abismo está uno de los partidos de mayor relevancia en la historia democrática en el Reino de España. Felipe González atina a frustrar el suicido. Sale de su silencio y dice ASÍ NO. Lo hizo tarde. Aduce que Sánchez le mintió. Y que él creyó su mentira. A Felipe, político que siempre contó con mis respetos, hay que decirle empero que nadie puede alegar su propia torpeza. Y menos él, que cogido a lazo no es.
En Estados Unidos hay campaña electoral por la presidencia. Compiten por la poltrona de la Casa Blanca una señora, con amplia experiencia en funciones de estado, abundantes conocimientos y escaso carisma, y un filibustero, un inescrupuloso  magnate con peinado horrible, peores modales, cero experiencia y trayectoria en funciones de estado y un abierto talento para el fascismo. Las encuestas revelan un empate técnico. En lo que queda de campaña, apenas un mes, Trump seguramente caerá en aún más despropósitos. No habrá de sorprendernos cuando escriba algún tuit con la palabra prohibida que empieza por «N», se refiera denigrantemente a uno de los periodistas más capaces de la escena y denigre de él por ser gay y salga a la luz pública alguna historia todavía peor que la de Alicia Machado. ¿Entenderán los estadounidenses que tienen que decir ASÍ NO?
En Venezuela el gobierno continúa cuesta abajo en su rodada. Después de la recolección de la manifestaciones de voluntades de la última semana de octubre, luego de las millones de personas que se agolparán en los pocos centros y logren pasar o no por el proceso minado, no habrá RR. Ni en 2016 ni en 2017. El presidente se «ausentará». Una falta temporal precederá a la falta absoluta. Todo legal, constitucional, pacífico. Venezuela tendrá nuevas elecciones para nuevo presidente.  Los absurdos tarde o temprano son vencidos por la sensatez de un ASÍ NO.
@solmorillob

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