Votar o no votar no es el dilema – Editorial de Analítica

Publicado en Analítica

Para algunos el día 20 de mayo se presenta como un dilema hamleteano ¿ Votaré o no votaré?

El asunto es que el problema no se está viendo claro. No se trata de decidir qué es lo mejor para impulsar un cambio en el país, si votar o abstenerse de hacerlo para ilegitimar el acto de votación.

En realidad, en las circunstancias actuales, con una crisis estructural que amenaza por terminar de derrumbar los cimientos mismos de nuestra nación, participar o no en un proceso electoral cuestionado no es el meollo del asunto, sino cuál es el camino que hay que recorrer para iniciar la recuperación económica, política y social  de nuestro país.

Es pública y notoria la posición asumida por un vasto sector de la comunidad internacional que ha expresado que “no reconocerán los resultados de un proceso que atenta contra la esencia misma de la democracia al violar la constitución venezolana e impedir que las elecciones sean realmente libres y transparentes.”

Para algunos, lo que diga la comunidad internacional, los tiene sin cuidado y no les importa, afirmando que Venezuela es soberana y por lo tanto sus decisiones no están sometidas a las injerencias de ningún país del mundo.

Para otros, ir en dirección contraria a lo que la comunidad internacional señala, es un suicidio político ya que cualquier gobierno que surja  de esas elecciones, requerirá para superar la crisis, de un amplio y decidido apoyo capaz de enfrentar y resolver la debacle que tiene a Venezuela sumida en el caos y la desesperanza, es decir, al borde del abismo.

Es evidente que nuestro país no es el ombligo del mundo  nuestra trágica situación requiere  que la comunidad internacional nos brinde su apoyo fundamental que algunos han calificado como una especie de plan Marshall.

Ahora bien, quién, en su sano juicio, puede pensar que ese auxilio ocurra desconociendo o colocándose al margen de  las exigencias internacionales.

Dilucidar si hay o no que votar, no es la cuestión, lo que tenemos que hacer es  poner en marcha la plataforma unitaria que presente un plan creíble y realizable de recuperación nacional, que cuente con el apoyo de la mayoría del país y así presentarle al resto del mundo una Venezuela unida, que estaría dispuesta a hacer los cambios estructurales necesarios para transformarse en una entidad viable. El cómo vendrá necesariamente confirmado por unas elecciones libres y transparentes en la que el país pueda pronunciarse democráticamente.

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