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El Nacional hoy, en la cuenta que publica diariamente, nos dice que ya van 48 días de protesta. Ha sido un pulso muy largo. Cuando se hace un pulso se trata de ver quién resiste más, quién es el que a la larga cede y deja que vaya su brazo contra la mesa. El gobierno apostó a que los carnavales aplacarían la protesta estudiantil y ciudadana. Pero ya estamos prácticamente con la Semana Santa a la vuelta de la esquina y esto sigue. Ha habido días más tensos, días un poco más suaves. Pero todos no han dejado de producir incomodidad, zozobra, tensión a un venezolano que así, prácticamente, ya no puede vivir. La cifra se está acercando a los 40 muertos, se habla de 59 torturados y miles, miles de detenidos.
En este contexto, hay días de días, como decía, y hay algunos, como en aquella película de vaqueros de Fred Zinnemann, “A la hora señalada”, días que tienen ya una marca especial en el calendario y una hora específica. El de hoy puede ser uno de esos días.
Ayer leíamos estas declaraciones en los diarios oficialistas. En Vea: “Justicia en Venezuela está estrictamente enmarcada en un estado democrático y social”. En el Correo del Orinoco: “Actuación de la señora Machado tiene consecuencias jurídicas”. En ambos casos la vocera es la misma, la señora Gladys Gutiérrez, Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia. En El Correo del Orinoco llegó inclusive a más: “Hoy en día contamos con un poder judicial autónomo, independiente, apegado en sus actuaciones a la constitución y a las leyes de manera irrestricta”.
No es cuestión de calificar las declaraciones de la Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia (usted, en la intimidad de su automóvil o de su hogar, puede calificarlas como guste, inclusive puede subir el tono de la voz), ¿pero qué nos dicen estas declaraciones? Nos dicen, sencillamente, que para la señora Gladys Gutiérrez todo es perfecto, todo es normal. Es decir, por ejemplo, en tiempos donde se atropellan los derechos de los Alcaldes Scarano y Ceballos, en tiempos donde tenemos miles de estudiantes detenidos, en tiempos donde los colectivos paramilitares actúan a sus anchas, para la señora Gladys Gutiérrez todo es normal. Se entiende, entonces, que hoy la noticia no lo sea tanto. Gran titular en El Universal: “Tribunal Supremo de Justicia avala la salida de María Corina Machado del parlamento. La sala constitucional consideró que la diputada aceptó un cargo de un gobierno extranjero y perdió así su investidura.”
En estos días hemos tenido en el programa a la propia María Corina Machado y hemos entrevistado también a destacados abogados constitucionalistas, quienes nos han dicho, todos, que de ninguna manera Machado ha perdido su condición de diputada. Y ella ha insistido en que hoy, martes 1º de abril, irá a la sesión del parlamento. Con los desplantes que le caracterizan, Diosdado Cabello -el Capitán Cabello como le llaman ahora, luego del ascenso que le diera el señor Maduro- dijo que María Corina Machado no podía entrar ni al estacionamiento. Pues ella va hoy para allá. Y va, entiendo, acompañada de un nutrido grupo de sus seguidores.
Por eso les menciono la película “A la hora señalada”, de Fred Zinnemann. Hoy parece ser un día de esos, con su hora señalada y demás. Veremos qué ocurre después. Pero, a este paso, se nos van acabar los días y las horas también.