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La voz que se supone que Ismael escuchó era la voz de El Nazareno, el Cristo Negro de Portobelo. En 1975 Ismael Rivera me confesó: “Yo soy un bandolerito, digo, modestia aparte, Dios quiera que no les dañe el programa, un bandolerito, pero cuando yo fui a Portobelo y yo vi al Cristo Negro,entonces fue que «pan» le pusieron el punto, entonces fue de que yo me convencí de que si existe Dios y de que muchas cosas quedaron claras».
Pero su vida en realidad no cambio tanto, esa auto definición del malandrito fue la que prevaleció por el resto de sus día. Un resto duro, muy duro y difícil, pero Ismael el gran Maelo quedó como uno de los grandes baluartes de esta música. Y este tema como uno de sus himnos más representativos. En definitiva, es el canto a la amistad, porque el Nazareno me dijo que cuidará a mis amigos.