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Complicidades bajo cuerda

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  Este es un país donde se leen este tipo de titulares. La Región, en Los Teques: “Hallan cuerpo baleado en maleta de carro en San Antonio”. El Clarín, en La Victoria: “Hallan cadáveres picados. Los cuerpos de dos jóvenes fueron encontrados en bolsas negras en el sector Santo Domingo en la carretera panamericana en el Municipio Revenga”. Un país donde se leen titulares de esta envergadura es un país que vive con miedo. Así lo definió ayer en el programa la Psicóloga Social, Magister en Criminología, Magaly Huggins: “La sociedad venezolana es una sociedad que vive con miedo. Y vive con miedo porque después de 17 años hemos vivido en un régimen de total impunidad. Y esta se da porque la violencia es política de estado para el régimen.” Ante semejante panorama los venezolanos saben que son víctimas; el mero hecho de tener la cédula de identidad ya lo convierte a usted en víctima, y al delincuente esta impunidad, abierta e impúdica, lo convierte, por el contrario, en un individuo que puede actuar por la libre, a su antojo, porque sabe que no va a ser castigado.

  ¿Cómo queda la policía en este contexto?

  Hemos escuchado y leído abundantes opiniones que indican que los policías también forman parte del delito. Malos salarios, malas condiciones de trabajo pueden contribuir a ello. Pero también los policías viven en un estado  de indefensión grave. Están armados muy por debajo del poder de fuego que exhiben los delincuentes. Y además, en algunos casos, hasta pareciera que tienen a sus superiores en contra. A manera de ejemplo podemos citar lo ocurrido en San Cristóbal. Ayer ya reseñábamos el terrible arrollamiento de dos jóvenes policías cuando controlaban una manifestación de estudiantes del IUT, quienes protestaban por el aumento del pasaje. Nos llamó mucho la atención que, tanto las reseñas que publicaban los portales informativos como el reporte que nos dio Eleonora Delgado, desde San Cristóbal, hablaban de estudiantes “oficialistas”.

  En un país donde todo se mueve en una suerte de realidad paralela, donde desde muy temprano se impuso el chantaje de estás conmigo o estás en mi contra; donde los revolucionarios son los buenos y los escuálidos los malos, no es de extrañar que también existan estudiantes oficialistas y estudiantes no oficialistas.

  Se nos explica que este es un instituto bajo la “protección” del régimen; un instituto, digamos, bolivariano. Y los estudiantes que allí cursan, aparentemente, según los testimonios que nos llegaron desde el Táchira, son afectos al oficialismo. Hay una denuncia grave de Politachira. El Estimulo.com: “Politachira denuncia pacto entre Vielma Mora y los estudiantes del IUT. Un grupo de 20 funcionarios de la policía estadal denunció que estudiantes del IUT están “trabajando de la mano con el gobierno del Táchira”. Agregaron que la funcionaria fallecida apenas tenía 20 días en sus labores y no estaba preparada para tal manifestación.

  “José Gregorio Castillo, oficial de la Policía del Táchira, denunció la existencia de un convenio  político entre los alumnos del Instituto de Tecnología Agroindustrial (IUT) y el gobernador del estado Táchira, José Gregorio Vielma Mora. El resultado de este acuerdo es lo que  sucedió en la protesta que se desarrolló en las inmediaciones del centro de educación, que dejó la muerte de dos funcionarios policiales fallecidos por arrollamiento.

  “Castillo, quien estaba acompañado de 20 funcionarios adscritos al referido cuerpo de seguridad del Estado, indicó a los periodistas que  “se rumora un convenio político con el ciudadano Gobernador y por eso hay descontento en la tropa policial. Por eso estamos informando a los medios de comunicación. Para que estén atentos”.

   ¿Qué están temiendo los policías para decirle a los medios estén atentos?

  Dice el mismo oficial José Gregorio Castillo, citado en El Nacional: “La versión que tenemos es que por convenio político con el gobernador van a soltar a los chamos y los policías están molestos, y ellos mismos son los que han pasado la información por lo que ha pasado”. Por otra parte, Elpitazo.com nos muestra ya las consecuencias de esta denuncia: “Devuelven armas y suspenden ascensos a politachiras que declararon en el día de ayer.”

  ¿Por qué se dan este tipo de denuncias? ¿La policía no debería ser una institución firme, incólume, amparada por sus superiores, en este caso el gobernador del Estado Táchira? ¿Cómo es que hay complicidades bajo cuerda? ¿Para qué son esas complicidades?

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