El vuelo del cóndor

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Silencio.  Ese es el titular de primera página de El Nuevo País en la mañana de hoy.
¿Silencio por qué?  Porque no hay voz oficial.

Dice El Nuevo País:

No hay partes médicos y el alto Gobierno calla. Mientras tanto, autorizados periodistas de España y Brasil, acusan a los médicos cubanos de haber destruido la salud del Presidente de Venezuela.

De hecho, el Diario el Nacional le saca la cuenta a la Ministra Sader, quien se supone es la vocera designada para hablar de la salud del Presidente, lleva ya seis días sin dar información.

Un oncólogo que pidió mantener su nombre en reserva afirmó que el parte médico oficial no aclara qué tipo de tumor tiene Chávez o si están comprometidos otros órganos. Dijo que sólo se puede afirmar que la intervención fue exitosa.

Cualquier cantidad de especulaciones vienen y van en torno al tema de la salud del Presidente porque ciertamente, el anuncio que hizo, muy breve, el Vicepresidente Jaua, no fue precisamente un parte médico.

Mientras el Presidente de la República, ayer escribió en el Twitter:

“¡Muy buenas noches, mis queridos compatriotas! ¡Aquí voy, levantando vuelo como el Cóndor! ¡Les mando todo mi amor supremo! ¡Viviremos y Venceremos!”.

Estamos en tiempos de la cursilería, por lo visto. La revolución es cursi.

El Dr. Adolfo Taylhardat, escribió un interesantísimo artículo ayer  “Cursilería, conmiseración y odio”, en el Diario El Universal a propósito de toda esa fastuosa y muy cursi despedida que se le dió al Presidente de la República cuando partió precisamente a Cuba.

No es para hablar de la cursilería en sí, pero la cursilería puede ser un manto para tapar algunas cosas.

Por ejemplo, esa frase: “el Presidente levanta el vuelo como el cóndor”. En realidad no se trata de forzar la metáfora, lo que sí interesa es saber como está el Presidente y qué va a ocurrir.

Por lo pronto, como sabemos, en Venezuela hay una guerra intestina fuerte, dentro  de lo que se conoce como el chavismo.

Ayer hubo una serie de opiniones interesantes al respecto, por parte del Secretario General de Acción Democrática, Henry Ramos Allup. En un acto donde celebraron el natalicio del fundador del partido, Rómulo Betancourt, aparte de hablar abundantemente del pasado, Ramos Allup se ocupó del presente.  Leamos esta crónica de Elvia Gómez en el Universal:

Henry Ramos abordó el tema de la enfermedad del presidente Hugo Chávez y expresó su preocupación por la manera cómo ese elemento, sumado a la opacidad en el manejo de la información, está influyendo en los cuadros altos del Gobierno.
“Estos apremios y estas angustias, no se puede negar por mucho que la propaganda oficial lo intente, inciden en la normalidad del país”.  
Afirmó tener “fundadas razones» para creer que «el desespero del Gobierno los tiente a abrigar soluciones que no son tales». 

Esta frase es grave, muy grave. Seguimos con la crónica de Elvia Gómez:

Habló de que en el Gobierno existe una «guerra a cuchillo por la sucesión» producto de que «se diseñó un proyecto en torno a un ser físico en particular» que como cualquier persona está sometido a los riesgos humanos. Insistió en que la debilidad institucional impuesta por el chavismo pone al país en una situación inestable.
El vocero afirmó que para la Unidad «no existe sino la solución electoral» ante el peligro de «cualquier extravío u ocurrencia».

¿Realmente estamos ante esos riesgos? ¿Es eso lo que está en juego en esta guerra de rumores, tensiones que hemos vivido en estos últimos días? Preguntas que por lo pronto quedan en el aire.

Metáforas que algunos twiteros saben aprovechar como:
Pepito de Palotes @heimardw1 “¡Cuidado! El cóndor es una especie en extinción”