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Recién días atrás, me dio un gusto inmenso leer el nombre de mi viejo profesor Cándido Millán en la prensa nacional. Cándido Millán, autor de un libro fundamental para la educación artística, que antes recibíamos en bachillerato, fue mi maestro, mi profesor en el Santiago de León de Caracas. Todos asistíamos admirados a sus clases, a su inmenso bagaje cultural, a toda su experiencia. Era exigente de los artistas y mi torpeza en esto de la plástica fue tal, que durante aquel traumático año de bachillerato corría la amenaza de ser el único que iría a reparar manualidades.
Pero valga el afectuoso recuerdo para el profesor Millán porque le he visto en una nota a propósito de la colección de arte de la Universidad Simón Bolívar.
Carmen Victoria Méndez, en El Nacional, nos informa que: la Universidad Simón Bolívar muestra parte de su colección en la Exposición Obras Selectas que va a estar exhibiéndose en la Corporación Andina de Fomento, en su sede allí en Altamira. Y la integran creaciones de Armando Reverón, Cándido Millán, Luisa Richter, Jesús Soto, Carlos Cruz-Diez y Alejandro Otero, entre otros. Por eso nos gustó mucho leer al maestro Millán en este grupo tan distinguido.
La apuesta de la curadora Mariela Provenzali, y de Gloria Urdaneta y Lilian Reyna, quienes tienen a cargo la colección de la USB, es develar la singularidad de nombres muy conocidos dentro del arte moderno y contemporáneo.
Es así como seleccionaron un lienzo de la serie Piedras fértiles, una de las menos divulgadas del maestro Oswaldo Vigas, y la contrapusieron con una pintura en acrílico de Luisa Richter de estilo curiosamente figurativo.
Buena parte de las piezas exhibidas corresponden a la donación de la fundación Blanca Álvarez, coleccionista, ex promotora cultural y una de las primeras directoras de la Biblioteca Nacional, quien cedió sus obras a la universidad. El conjunto exhibido delata un profundo interés por los lenguajes ópticos, cinéticos y constructivistas. En la sala destaca Boceto de una cafetera, de Alejandro Otero, fechado en 1946, que representa una suerte de partida de nacimiento del movimiento abstracto en el país. Hay una fisicromía elaborada en madera, cartón y plástico por Carlos Cruz-Diez en 1964, exhibida junto a una vibración del desaparecido Jesús Soto, realizada ese mismo año.
De manera pues, que hay de todo un poco. En la selección destacan piezas figurativas como Juanita, de Armando Reverón, que muestra a su compañera de vida vestida de blanco en 1943, y el Paisaje de Martigues de Manuel Cabré, elaborado en carboncillo sobre papel en 1926.
Y ya que comenzamos hablando del maestro Millán.
También se incluyeron obras hechas en arcilla como El paredón, de Cándido Millán; una escultura sin título de Colette Delozanne, dos piezas utilitarias del mexicano Jorge Wilmot, y otra de María Luisa Tovar de Zuloaga, de Reina Herrera y de Seka.
Esta exposición está desde el pasado 26 en la Galería de la CAF, la Corporación Andina de Fomento, allí en la Avenida Luis Roche de Altamira.