Carlos Fuentes

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  El lunes 14 de mayo corrió por el twitter la noticia del fallecimiento de Gabriel García Márquez. Murió el Gabo. ¡Caramba!  Sin embargo, un par de horas después que empezó a correr la información, vino un desmentido serio y radical: falsa alarma. ¡Qué bueno!

  El martes  15 por el twitter corre la noticia: ha fallecido Carlos Fuentes. Más de uno pensó: “bueno ya mataron falsamente a otro de los grandes escritores del boom latinoamericano”. Pero, en el caso del mexicano, fue cierto. Pronto un obituario de The New York Times confirmaba la muerte de Fuentes y desde México llegaba la noticia. En efecto, se nos había ido el gran escritor mexicano Carlos Fuentes.

  Según la información médica, falleció a las 5 de la mañana del día 15, tuvo una hemorragia masiva en el curso de la noche. Su esposa, Silvia Lemus, se dio cuenta de su estado, pero cuando el médico llegó a la casa, ya había entrado en shock y lamentablemente falleció.

  Se encontraba muy bien de salud. Tanto que venía de una agitado viaje por Estados Unidos, Brasil, estuvo en la Feria de Libro de Buenos Aires, fue a Chile y tenía previsto ir a pasar  seis meses en Londres como era su costumbre.

  Carlos Fuentes venía de terminar un libro de ensayos titulado “Personas”, previsto para ser publicado en Junio, ya lo había corregido previamente. A parte de este ensayo acababa de terminar una nueva novela: “Federico en su balcón” donde plantea un diálogo con el filósofo alemán Federico Nietzsche. Esperaba presentarlo en el próximo mes de noviembre en la Feria Internacional de Libro en Guadalajara.

  Fuentes no paraba de escribir. Había declarado: “Mi sistema de juventud es trabajar mucho, tener siempre un proyecto pendiente, ahora he terminado un libro, Federico en su balcón, pero ya tengo uno nuevo, “El baile del centenario” que empiezo a escribir el lunes”. Ese libro estaba inspirado en los grandes fastos que organizó Porfirio Díaz para celebrar los cien años de la independencia mexicana. El libro quedó, pues, en el tintero.

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Carlos Fuentes fue un hombre extraordinario, polémico, y, como hemos visto, nunca dejó de trabajar.  A sus 83 años lo confesaba: “Mi sistema de juventud es trabajar mucho”. Si bien a Fuentes le ocurre más o menos lo que le ha ocurrido a Vargas Llosa, que el grueso de su obra importante ocurrió décadas atrás, pues, al igual que Vergas Llosa, no ha dejado de escribir.

  Cuando hablamos de su obra importante, nos referimos a sus novelas fundamentales: “La región más transparente”, que fue publicada en 1958 por el Fondo de Cultura de México. En el año 62 se publican dos de sus más importantes novelas: “La muerte de Artemio Cruz” y esa pequeña novela, magnífica, que lo atrapa a uno de forma increíble como lo es “Aura”. Entre otros títulos, en 1975 publica lo que para muchos es su novela fundamental, la más ambiciosa, sin duda, “Terra Nostra”, que se llevaría dos años después, en 1977, el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos.

  “Terra Nostra” es una novela apabullante, abrumadora. Va a los tiempos de los Reyes Católicos. La pobre Juana la Loca recorre España llevando el cadáver de su esposo Felipe el Hermoso. Fuentes no se ocupa de del hijo de Juana la Loca, Carlos V, sino de su nieto Felipe II, el fanático religioso que lleva adelante todo el plan de la conquista de América en aquel siglo XVI. El hombre severo que se flagelaba para entregarse al catolicismo más rígido y ortodoxo y cómo esa visión de mundo permea a nosotros los latinoamericanos. Ese es el punto de partida de una novela total, una novela, como decíamos, sencillamente abrumadora.

  Carlos Fuentes no paró de escribir y entre las obras que merecen distinción después de “Terra Nostra”, tenemos desde “La cabeza de la Hidra”, “Gringo Viejo” -la cual comentamos a propósito de nuestra recomendación cinematográfica días atrás-, “El espejo enterrado”, “Agua quemada”, “Los años con Laura Díaz”, “La silla del águila”, en fin… Un escritor total.

  A los grandes escritores se les recuerda leyéndolos, por eso, nunca mueren y aquí hay una oferta interesante. Recomiendo, de mi parte, una novela como “Terra Nostra” que me marcó en mi juventud cuando la leí por primera vez. “Aura” una novela sencillamente fascinante, más “La región más transparente”.

  Carlos Fuentes fue un hombre polémico, nunca estuvo cerca del Nobel, aunque para muchos con creces lo merecía. Pero si  le dieron el muy prestigioso Premio Cervantes. Fue contundente en sus opiniones políticas. Por ejemplo, nunca le gustó Hugo Chávez de quien llegó a decir frases como estas: “Es el mago del bilibirloque”, “el discurso de Chávez es flatulento”, “Chávez es un Mussolini del trópico”, “es el peor Presidente de la región”. Entre sus últimas citas: “Chávez es un fracaso, una abominación”, “Se le están acabando los cartuchos”, “La Venezuela de Chávez es una oscura realidad”.

  Carlos Fuentes se nos ha ido, pero ahí están sus libros, a leerlo.

 

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