[sonido]https://soundcloud.com/6j86-producciones/cristo-uno-mas-entre-los-hombres[/sonido]
Todo cambia y todo puede cambiar de repente en un lapso de 50 años. 50 años puede ser mucho para una vida personal particular, pero 50 años es realmente poco si nos metemos en las dimensiones de una institución tan antigua como es la iglesia católica.
Hace 50 años la iglesia católica vetó y prohibió una película que consideró profundamente irreverente “El Evangelio según San Mateo” del director italiano Pier Paolo Pasolini. 50 años después, aunque ustedes no lo crean, el Vaticano la alaba y dice sencillamente: “El evangelio según San Mateo de Pasolini es la mejor película que se ha filmado de la vida de Jesús”.
Claro, entendamos que el Vaticano en estos nuevos años es manejado por un jesuita, un jesuita latinoamericano y es el primer Papa que lleva el nombre de Francisco. Empeñado en unirse con los pobres, mandar el mensaje realmente de los pobres. Dice el dictamen actual de L’Osservatore Romano el diario oficial del Vaticano. «La humanidad febril y primitiva que el cineasta lleva a la pantalla confiere un nuevo vigor al verbo cristiano que aparece en este contexto aún más actual, concreto y revolucionario. Si bien se trata de un film sobre una crisis o su superación, resulta ante todo una obra maestra”.
¿Qué pasa con El Evangelio según San Mateo? Recuerdo cuando la vi por primera vez, siendo yo todavía muy joven, me impacta porque era el estilo de Pasolini, ese estilo neorrealista, mucha cámara en mano, actores que en realidad no eran actores. Pero lo más curioso es que después de haber visto tanto Cristo rubio, de ojos azules, aquí el Cristo era un muchacho delgado casi famélico, pelo negro, una barba escasa y que en efecto parecía pues un semita cualquiera de estas tierras palestinas. El actor era un anarquista español, antifranquista – imagínense la combinación- Enrique Irasoki. Y para hacer la Virgen María Pasolini puso nada menos y nada más que a su propia madre.
Pero ¿qué ocurría con la película? La película llevaba al calco, precisamente el evangelio según San Mateo, donde Cristo, El Nazareno, era sencillamente uno más de los tantos profetas que predicaban por aquellas tierras milenarias. No es en ningún momento ese súper héroe que quiere mostrarnos las películas de Jesucristo, desde la más reciente hasta aquella que se vendía como la más bella historia jamás contada. Cristo como en efecto debió ser. Un hombre del común, un hombre sencillo. Recuerdo que me impactó mucho cuando por fin Cristo va con los apóstoles a Nazaret y empieza a predicar, y los vecinos dicen; ¡Ah pero este no es el hijo de María y de José, el hermano de zutano y de mengano, el primo de mengano y zutano. Es decir, cuando él entra al poblado de Nazaret es uno más de los que está ahí. Entonces el Cristo cuando va a predicar se da cuenta que ahí nadie le va hacer caso, porque él es en efecto el hijo del carpintero, el hijo de la María, el hermano de mengano, y se voltea y le dice a sus apóstoles: “En verdad, nadie es profeta en su tierra”. Nunca me había parecido, nunca había visto tanto sentido a la frase, sobre todo puesta en ese contexto.
Y estoy citando de memoria un recuerdo que viene casi desde mi adolescencia. Es realmente una buena oportunidad para ver ahora de nuevo “El Evangelio según San Mateo” de Pier Paolo Pasolini y sobre todo después de leer este detalle; La película ha sido digitalizada por la filmoteca del Vaticano. Esta es una verdadera reparación tanto física como artística.
Así que 50 años después, el Vaticano repara su error porque hace 50 años la película fue prohibida, vetada por insolente. Precisamente por eso, por poner a Cristo como uno más entre los hombres.