Maestra Vida (II)


 
Portada del disco

  Para Manuela hizo falta una gran presentación. Para el hombre, para Carmelo Da Silva, el sastre, la cosa se resolvió de una manera más rápida. En definitiva la protagonista, ya lo habíamos dicho, era ella.  Más importante entonces es ver cómo Carmelo se enamora de Manuela.

  El romance, en la concepción original de Maestra Vida, era muy largo y tuvo que venir a cantar Manuela. Es entonces, cuando Rubén Blades llama a su madre, la señora Anoland Díaz,  con un tono precioso, al estilo de las grandes boleristas de los años 50. Fue así como Anoland, llegó a grabar por primera y única vez con su hijo.

  Cuando salió “Maestra Vida”, en el mundo de la industria disquera nadie entendía de qué se trataba. Muchos criticaron el proyecto duramente, de una manera realmente feroz. ¿A cuenta de qué, el hombre que había hecho “Siembra” y “Pedro Navaja”, se ponía ahora con estos experimentos, como los que escuchan al fondo? Donde todo era tomado con cierta irreverencia, donde la música era, como decíamos, un pretexto para ir más allá.

  Rubén decía, sin embargo, “bueno, ya que logré ese Disco de Oro con ‘Pedro Navaja’ y ‘Siembra’, puedo ahora darme el lujo de buscar este experimento”. Y así lo hizo. Nació, Ramiro.

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