Brindemos - José Ignacio Rasso

Brindemos – José Ignacio Rasso

Mirémonos a los ojos y reconozcamos que gran parte de México sigue creyendo en un movimiento que se vendía distinto. Mirémonos bien a los ojos y aceptemos que fuimos corresponsables de muchos años de desigualdades y violencias cotidianas. Mirémonos fijamente a los ojos que no queremos otros seis años de mala suerte.

Publicado en: La Lista

Por: José Ignacio Rasso

Este es un trago por la muerte y un brindis por la vida. Por tener un ojo en estado de alerta y otro en pie de lucha por la esperanza. Arriba las copas que somos mucho más México.

Brindemos a pesar de que la esperanza se ha convertido en una moneda de cambio, en un intercambio de discursos por votos y en un trueque de necesidades por endosos de poder.

Brindemos a pesar de todo.

Brindemos para dejar atrás a los políticos que alimentan al pueblo de utopías que, al momento de ejercer el poder, nos dejan un banquete de migajas, un país desnutrido de realidades y una carga de proyectos obesos subsidiados con nuestros impuestos.

Choquemos las copas para que nunca más un presidente con sobrepeso de poder, diabético de empatía, con altos índices egocéntricos y la autocrítica en los niveles más bajos deseables, sea quien dirija este país.

Alcemos las copas por todas las personas que reconocen haber entregado al país en manos de un movimiento contaminado de resentimiento. Brindemos con quienes se dan cuenta de la incompetencia infinita de este gobierno y del riesgo que corremos al estar en manos de oportunistas, depredadores, delincuentes, militares y uniformados por todas partes.

Mirémonos a los ojos y reconozcamos que gran parte de México sigue creyendo en un movimiento que se vendía distinto. Mirémonos bien a los ojos y aceptemos que fuimos corresponsables de muchos años de desigualdades y violencias cotidianas. Mirémonos fijamente a los ojos que no queremos otros seis años de mala suerte.

Brindemos a pesar de todo y alcemos las copas:

¡Arriba! Por la esperanza que no se fue, por la que no nos han robado, por la que no apostaron en palenques clandestinos ni perdieron entre abrazos y componendas.

¡Abajo! Porque nuestra labor tiene que ser la de salvaguardar la posibilidad de un camino diferente y hacer de la palabra acción y no demagogia.

¡Al centro! Para mantener la esperanza en un frasco a la orilla de la ventana, cuidarla entre algodones, regarla todos los días y hablar bien de ella. Retomarla. Reivindicarla. Trasplantarla en la ciudadanía y buscar unas manos que tomen la estafeta.

¡Pá dentro!

Salud.

 

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