Por: Tony Bianchi
Mientras se está preparando el show final de la guerra de Ucrania, la pregunta de todo el mundo se hace es ¿quién saldrá como ganador? posiblemente de la cumbre bilateral que al parecer se celebrará en Arabia Saudí.
La respuesta es necesariamente incierta. Putin aún no ha ganado, pero podría estar en condiciones de cantar victoria, pero lo más probable es que tendremos que esperar años para que sea confirmada la verdad.
La duda se despejará al calcularse qué precio han pagado los dos bandos y la verdad saldrá a flote al verse si, por un lado, Moscú continuará con su expansionismo, y por el otro, si Kiev encontrará un lugar en la Unión Europea.
En cuanto a la suerte de Europa, ¿qué estructura surgirá para el Viejo Continente y aún más para la región euroasiática.
Antes de hablar de una victoria de Putin, será necesario examinar las condiciones acordadas para una tregua. Y habrá que comparar el resultado alcanzado en la mesa de negociaciones con los objetivos iniciales del febrero de 2022 cuando Putin decidió conquistar toda Ucrania en una guerra relámpago de algunas semanas, quería cancelarla como Estado soberano e instalar un régimen títere manipulado por el Kremlin.
También habrá que tener en cuenta los enormes precios incurrido por zar del Kremlin empezando con el número de soldados rusos muertos en el conflicto, luego el empobrecimiento económico, la pérdida de Suecia y Finlandia a la OTAN y finalmente la pérdida del respeto general de Rusia en el mundo.
Si Trump y Putin llegan a un acuerdo para la tregua, ésta se le dará la razón al primer ministro húngaro, Viktor Orban quien ha venido insistiendo que se podría haber llegado al mismo acuerdo con doscientas mil muertes menos.
Obviamente la culpa principal la tiene Putin por haber enviado a sus soldados a una muerte segura y por masacrar millares de ucranianos antes de limitar su conquista territorial.
La cumbre con Trump sirve a Putin para recuperar algo de legitimidad porque Joe Biden se negó a hablar con él definiéndolo como un criminal merecedor de enfrentar la corte internacional de justicia. Lo que al mismo tiempo causó que el Occidente y sus aliados trataron al zar como a un paria.
Trump, al contrario, lo trata de igual, siendo este un gran éxito para la imagen de Putin y Rusia volverá a ser tratada como una superpotencia de rango equivalente a Estados si la cumbre es bilateral y la Unión Europea y Zelensky quedan excluidos.
Pero antes de acusar a Trump de alta traición, hay que preguntarse cuáles son las alternativas viables.
¿Seguir apoyando a Ucrania en un momento crítico que ve a las autoridades de Kiev en dificultad en reclutar más hombres para enviar al frente?
Hay que tomar en cuenta que antes de que Trump apareciera en el horizonte, se acumularon errores, entre las cuales figuran las varias actitudes que Biden enseñó a Putin quien las interpretó como una luz verde implícita.
Luego Biden entregó armas lentamente, siempre tarde y siempre menos de lo que pedía Ucrania. En cuanto a Europa, la ayuda militar fue aún más insuficiente y las sanciones económicas que supuestamente pondrían a Putin de rodillas tampoco fueron determinantes y globalmente Occidente fue mucho menos intransigente de lo que se decía.
Finalmente, para decidir si Putin ganó o no, mucho depende de lo que sucederá después de una tregua: cómo gestionarán ese «después» todos los actores. De acuerdo a los más calificados expertos de política internacional Europa finalmente tiene que darse cuenta que el conflicto ucraniano es una tragedia que le pertenece.
Una tregua negociada entre Trump y Putin plantea dos escenarios extremos. Por un lado, «suspender un posible juicio en contra de Rusia declarándola libre de toda culpa respaldando su práctica y sus ambiciones imperiales y expansionistas.
Por el otro lado jamás volver a permitir una invasión rusa y enfrentarla con un renovado sistema de defensa europeo disuasivo que haga improbable una tercera agresión rusa contra sea Ucrania u otro país europeo. Esto automáticamente implicaría el despliegue inmediato de soldados europeos en Ucrania.
Esta última alternativa no excluye la posibilidad de que Trump, atraído por las ofertas de suministros minerales que le hace Zelensky, quiera darnos un giro «al estilo Gaza», proponiendo alguna forma de presencia estadounidense post tregua.
Con «la Rusia libre» la victoria de Putin seria innegable; con una «defensa europea» la tragedia ucraniana habría servido para algo y compensaría el sacrificio ucraniano.