Trump, una cabeza de cerdo y disfraces en Miami - Clavel Rangel Jiménez

Trump, una cabeza de cerdo y disfraces en Miami – Clavel Rangel Jiménez

Publicado en: El Tiempo Latino

Por: Clavel Rangel Jiménez

Como ocurrió en New York, en las afueras de la corte Wilkie D. Ferguson Jr.  en el centro de Miami, este martes 13 de junio hay más periodistas que seguidores pro o contra Donald Trump. Entre la multitud de cámaras y micrófonos, la mayoría acampando en el lugar desde la semana pasada, una cabeza de cerdo destaca frente al edificio judicial.

Sí, una cabeza de cerdo.  Con la lengua afuera y una bandera de Estados Unidos en la boca, ensartada en una estaca, la cabeza de cerdo llama la atención de todo quien pasa frente a las inmediaciones. Y mira que es difícil, porque si algo hay aquí hoy son disfraces: por ejemplo un hombre disfrazado del Tío Sam, o un señor con traje rojo, sombrero y corbata.

Los seguidores de Trump, que ya al mediodía igualan en número a la cantidad de periodistas, llegaron de todas partes no como una multitud, como esperaba la policía, pero sí con variedad de consignas, insultos a la prensa y cánticos.

Trump, una cabeza de cerdo y disfraces en Miami - Clavel Rangel Jiménez
Seguidores de Trump frente a la corte Wilkie D. Ferguson Jr. en el centro de Miami.
Cortesía: Clavel Rangel

 

Trump, una cabeza de cerdo y disfraces en Miami - Clavel Rangel Jiménez
Cortesía: Clavel Rangel

La cabeza de cerdo es sostenida por Osmany Estrada, un hombre cubano americano, que repite que solo está allí por diversión… y para celebrar la democracia.

–¿Qué significa la cabeza de cerdo? – le preguntan.

–Tienes que buscarlo. Eso es poderoso, tienes que leer: Lord of the Flies (El señor de las moscas, en español). Tienes que buscarlo, no te lo puedo decir porque sino pierde sentido – responde a un hombre que se acerca.

En El señor de las moscas, una novela del británico William Golding publicada en 1954, una cabeza de cerdo ensartada en una estaca se encuentra en lo profundo de la selva donde un grupo de niños se han quedado varados después de que el avión en el que viajaban se estrellara. En la historia, la cabeza se convierte con el paso de los días en un objeto de adoración: una representación del lado más oscuro y primitivo de la humanidad.

“El mundo no es tan complicado, y a mí me gusta la diversión. Yo creo que estamos en un país democrático, y sí creo que está en riesgo de perder la democracia, pero también este es un país grande, un país descentralizado y yo creo que se arregla”, responde Estrada a si, de alguna manera, el símbolo que ha traído a la concentración es una representación del estado de la democracia en Estados Unidos.

Estrada no lleva ninguna pancarta.  Y los seguidores de Trump, que tienen franelas que los identifican como “UltraMaga” o “mujeres latinas con Trump”, no alcanzan a reconocer si el hombre de la cabeza de cerdo es uno de ellos o no. Pero Estrada no lo aclara, y permanece entre ellos mientras le piden fotos y entrevistas.

 

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