Batalla y derrota en Carabobo

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  El día de ayer fue un día importante, un día que nos dejó varias lecciones. De nuevo, la violencia se pretendió fuese la marca de esta recta final de la campaña electoral. En la pista del aeropuerto de Puerto Cabello, se habían apostado los seguidores del oficialismo y empezaron  a enfrentarse a los seguidores de Capriles, que estaban allí esperando a su candidato. Capriles iba a aterrizar allí para dirigirse a un acto en la ciudad que estaba previsto como parte de la campaña electoral.

  Se desató la violencia desde la media mañana, piedras iban y piedras venían. Pero las piedras que venían, por lo visto, hirieron el ego, la epidermis del señor Jorge Rodríguez, quien ha acusado ahora que la violencia de los seguidores de Capriles dejó heridos y demás. Hay que ser demasiado cínico para, luego de una empecinada campaña a favor de la violencia, usted ahora se queje de que han sido violentos con usted o con los suyos.

  Lo cierto es que el aeropuerto no se pudo utilizar, no se podía aterrizar allí. A todas estas, los aeropuertos están bajo custodia de la Guardia Nacional,  y ¿qué hizo la Guardia Nacional durante estos enfrentamientos? No lo sabemos.

  Las fotos son elocuentes. Veo aquí, en la primera página del diario El Universal, a los seguidores del oficialismo cargando las cornetas para el equipo de sonido, que estaban en los automóviles de la oposición. Se las llevan ahí corriendo, en fin… Supongo que no las devolverán tampoco, o sea que, además de la violencia para impedir el acto, también podríamos hablar de robo. Pero la violencia llegó a más y hasta los vehículos de la oposición terminaron incendiados. Digamos, el malandraje en su apogeo.

  Así como no dejaron que Capriles hiciera su campaña en La Pastora, pretendían que ahora no pudiera hacer el acto en Carabobo. Pero no contaron con la astucia popular. Resulta que Capriles se las arregló para llegar en “peñero”. La llegada de Capriles en peñero, al acto de Puerto Cabello, revistió todos los matices de una gran victoria bélica. Este Gobierno, este Presidente que tanto le gusta hablar de la batalla, pues ayer sufrió una derrota en su batalla. Podríamos hablar de la victoria de Puerto Cabello, si quisiéramos usar su léxico militarista. Pero no vamos a hablar de la victoria de Puerto Cabello, vamos a hablar de cómo, a pesar de la violencia, se impuso el criterio de la paz y de la democracia y se pudo hacer el acto. Acto, por demás, multitudinario.

  De manera que la violencia ayer, con todo y los desmanes, con todo y los heridos, recibió un duro, muy duro golpe. El acto se pudo hacer, fue multitudinario y Capriles pudo llevar su mensaje político a sus seguidores.

  Un tuit que recién me ha llegado se pregunta: ¿así es como el Presidente piensa dominar y acallar a la oposición, a violencia pura? No sabemos. Por lo pronto, ayer sufrió una derrota importante.

  Si Capriles dice “Hay un camino”, hay que recordar entonces al poeta: el camino, por lo visto, hasta en la mar está.

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3 comentarios

  1. Saquemos una cuenta
    Todo esto parce una jugada a tres bandas:
    William Ojeda (candidato perdedor en Sucre) Juan Carlos Caldera (candidato ganador en Sucre) y la campaña presidencial.
    Objetivo: enlodar una campaña limpia;
    eliminar al candidato ganador en Sucre para posicionar al segundo que se deslindó.
    Además comenzar a crear el antecedente que soporte el fraude que mantiene en su agenda el gobierno para ganar, aún perdiendo las elecciones. Ellos funcionan así. Esa es su escuela
    Alerta! Con esta gente, pensar mal es acertar!

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