En el país de la violencia

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  Tener un teléfono celular de estos modernos y sofisticados es algo peligroso. Peligroso no solo por el riesgo obvio de que usted pueda ser víctima de un ataque violento para robarlo, sino por otros riesgos no por sutiles menos graves. A través de sus sofisticadas pantallas usted puede recibir videos que, en cualquier otro país, serían inaceptables, imposibles, pero no en el nuestro sometido a esta terrible violencia cotidiana 24 horas al día. Perturbadores, estremecedores videos donde se muestran crímenes atroces, linchamientos de todo tipo con patadas, golpes y candela; no sorprende ver cómo un asesino se ensaña contra el cadáver de su víctima en un lodazal. El más reciente nos muestra una escena escalofriante: un autobús arremete a toda velocidad contra un piquete de policías. Dos cadáveres quedan en el piso. Quedan también el desconcierto, el descontrol, algunos policías motorizados no saben qué hacer y tardan, todo sea dicho, en perseguir al autobús asesino. Este último video fue tomado en San Cristóbal, en el día de ayer. Según la crónica que firma en Elpitazo.com Lorena Bornacelly, la situación fue la siguiente:

  Las protestas estudiantiles son comunes en el estado Táchira: en contra del Gobierno nacional, por escasez de alimentos y medicamentos, por problemas universitarios o en contra del gobernador José Gregorio Vielma Mora. La mañana de este martes 29 de marzo fue distinta. Quienes protestaron fueron supuestos estudiantes del Instituto Universitario Tecnológico Agroalimentario (IUT) en contra del aumento del pasaje.

  Los estudiantes del IUT suelen protestar en contra de las decisiones tomadas por la alcaldía opositora de San Cristóbal. Pese a que el incremento fue nacional, los estudiantes afectos al oficialismo salieron a la calle a manifestar.”

  El señalamiento es directo: estudiantes afectos al oficialismo. Igual lo apuntan varios otros portales. Tal Cual, por ejemplo, cita a Patricia de Ceballos: “Los estudiantes que protestaban en Táchira son oficialistas”. Y son estos estudiantes, pues, los que secuestran el autobús que termina arrollando a los dos policías.

  En un tuit publicado por la policía del Táchira –@policiatachira– anoche a las 11, se muestra la fotografía de José Gregorio Sulbarán Muñoz, de 22 años, estudiante de segundo semestre de Agroalimentaria en el IUT. Supuestamente, este sería el chofer del autobús. Y así como joven es Sulbarán, también jóvenes eran los policías muertos: Nicole Melisa Pérez, de apenas 20 años, funcionaria de la Policía del Táchira, y Otto Márquez, de 25, de la Policía Nacional Bolivariana.

  Este es, lamentablemente, el país de la violencia, donde pareciera que todo se nos fue de las manos. Donde se nos mueren los jóvenes. Donde nada se respeta. Donde nada es firme.

  ¿Pero por qué se va a respetar algo si, por ejemplo, una institución tan importante, tan solemne como la Asamblea Nacional, elegida por todos los venezolanos, es irrespetada de manera abierta y grosera por otras instancias del poder? El general Francisco Rangel Gómez, por ejemplo, Gobernador del Estado Bolívar, dice que no comparece ante la Asamblea porque eso es un show mediático, una payasada. Se aprueba la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional y Nicolás Maduro, sin leerla, suelta: “Por aquí no pasa, caballero”. Como si estuviéramos en un callejón a oscuras y alguien, de entre las sombras, aparece cobrando peaje.

  No sé. Pero esto está mal. Muy mal. Los callejones a oscuras a veces no tienen salida.

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Un comentario

  1. Estimado César, ciertamente es lamentable el asesinato de los dos funcionarios policiales en San Cristóbal, como lo es cualquier asesinato. Con relación a la Asamblea Nacional, solo emito mi opinión del comportamiento de los honorables diputados, que pareciera que compiten entre ellos a ver quien es peor chabacano, soez, escatológico, que otro. Una muestra: el ciudadano diputado Elías Mata en la sesión de ayer. Un desplante de botiquín se queda corto. Un fraterno abrazo.

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