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Ayer leíamos los resultados de una encuesta oficial donde se evidenciaba que nadie, ni siquiera los propios chavistas, creen en la campaña contra la corrupción que lleva adelante Maduro con el alto gobierno. Pero él insiste. Insiste ahora pidiendo ya abiertamente una habilitante. ¿Las razones para una habilitante? Pueden ser cualquiera, siempre serán meras excusas. Usted recordará la última habilitante de Hugo Chávez, era dizque por la emergencia de las lluvias y de lo que menos se ocupó fue precisamente de las lluvias.
Ahora, cuando se habla de la corrupción muchos insisten que esto no es más que mera, burda demagogia. Es un discurso hueco y si se quiere meramente panfletario y populista en tiempos electorales. Sobre todo porque los verdaderos casos de corrupción, los verdaderos peces gordos, parecen intocables.
Tenemos, por ejemplo, los casos de Guayana, tenemos los casos denunciados recientemente con el problema de la emergencia eléctrica, y así pare usted de contar. En estos momentos estamos en una crisis hospitalaria severa. Y hoy Últimas Noticias, en el titular de primera página, nos dice: “Lupa en obras hospitalarias”. La Asamblea Nacional rastrea el uso del crédito adicional del 2011 para construir infraestructura. El Diputado Carlos Gamarra dice que revisan qué pasó con los reales, su colega Bernardo Guerra reactivará denuncias sobre guisos en edificación de seis nosocomios que no se ven por ningún lado. Esto en un momento donde los hospitales están prácticamente por el piso.
Titular de 2001:” Hasta coleto pasan las madres en el Hospital J.M de los Ríos que está por el suelo”. Una bebé de seis meses espera desde hace nueve semanas curarse de una infección para ser operada de una cardiopatía. Representantes de los pacientes exigen respuesta y si no la hay pues protestarán otra vez.
Hablando de niños, nos dice El Nacional hoy en su gran titular: “Diariamente mueren 16 niños menores de 1 año en todo el país”. Oswaldo Godoy, ex director de Epidemiología, afirma que «el Estado vulnera los derechos de los niños y eso no lo ha corregido la Misión Niño Jesús, que más bien debería llamarse Herodes”. Venezuela tiene hoy la primera tasa de mortalidad materna en América Latina.
El Universal nos destaca: “El Hospital de Niños en Valencia lleva 5 años sin ascensores”. “Despedidos empleados de la salud en Zulia por denunciar privaciones”. “Todas las camas de terapia intensiva están copadas en Anzoátegui”. “Clínicas impugnaron en la Corte providencia que regula sus precios”. Porque en medio de todo esto, ya lo habíamos dicho la semana pasada, el problema no es la salud privada, el problema no son las clínicas, el problema es el hospital, la salud pública.
¿Y a todas estas qué dice la flamante ministra Isabel Iturria? Ella no ha emitido palabra sobre esta crisis. Es la misma ministro que, por lo visto, le da miedo hablar. Ella fue la que, por ejemplo, insistió en que de ninguna manera declararía la epidemia de la AH1N1. Pero contra la salud privada si va sin empacho. Leo acá en Últimas Noticias: “La Ministra Iturria actuará contra los centros de salud privados que discrimen a los pacientes”. Lejos de ocuparse de los severos, gravísimos problemas de la salud pública, insiste en acabar ella con la salud privada.
¿Y cuando se acabe la salud privada pasaremos coleto entonces en todos los centros de salud del país todos los pacientes? ¿A dónde va la lucha contra la corrupción? ¿Será capaz el señor Maduro de ocuparse, por ejemplo, de estos verdaderos y delicados detalles?
