Por el camino de la paz y la reconciliación

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Hoy es el último viernes antes de una muy importante jornada electoral. El día domingo tendremos unas elecciones que, siendo locales, siendo elecciones municipales, han cobrado una importancia fundamental dada la crisis política, económica y social que vive nuestro país. Para la oposición se trata de un plebiscito y para el oficialismo, sencillamente, es una manera de aplastar -verbo favorito en este sector- a los sectores opositores.

Nos llama la atención, sin embargo, que hoy viernes la mayoría de los diarios no ha dedicado sus grandes titulares a los consabidos llamados a votar, a reflexiones sobre el hecho electoral, en fin. No. La muerte de un líder mundial como Nelsón Mandela ha opacado este tipo de titulares. La gran mayoría de los titulares en esta mañana van en tributo a Nelsón Mandela.

Ahora bien, a efectos venezolanos podríamos vincular muy bien un hecho con otro. Cuando se habla de Mandela, se habla que fue un líder de la reconciliación, que fue un líder de la paz, que fue un líder que supo poner mezquindades, parcialidades a un lado para poder plantearse la idea fundamental de crear una nación unida, solida, con visión de futuro.

Nelsón Mandela pasó 27 años en una celda mínima. Y cuando sale de allí, lejos de ser un hombre marcado por el odio, el rencor, la sed de venganza, hizo exactamente lo contrario. Dialogó hasta con sus más acérrimos enemigos, dialogó inclusive con sus carcelarios, con todos, porque su meta era la unión. Y tuvo la grandeza de los auténticos líderes. Tenía todo para eternizarse en el poder, por encima de él más nadie en Sudáfrica, y, sin embargo, demócrata a carta cabal, decidió que una vez terminado su período él debía hacerse a un lado para que vinieran otros.

Son muchísimos los ejemplos que nos deja Nelsón Mandela como un líder de nuestro tiempo, como un líder auténticamente democrático, como un hombre de verdad inmenso, de paz. Y es bueno tener esto en cuenta porque estamos asistiendo a un nuevo evento electoral, en un país que, durante 15 años, ha sido marcado exactamente por lo contrario: por el odio, por el rencor, el reconcomio, la sed de venganza.

Unos cuantos meses en una cárcel de Yare dieron pie a una sed inconmensurable de venganza y de odio. 27 años en una cárcel muy pequeñita, dieron pie al diálogo, la paz y la reconciliación.

Ojala Venezuela con sus propios líderes, con sus propios hombres y mujeres, pueda encontrar también ese camino de paz y reconciliación. A lo mejor, ese camino puede empezar el próximo domingo 8 de diciembre.

Por favor, VOTA.

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Un comentario

  1. Excelente Editorial, al conocer sobre la muerte de mandela el dia de ayer, pedi a Dios porque Venezuela pueda tener un liderazgo que emule sus ideales y pueda brindar a Venezuela la pacificacion y la reconciliacion que necesitamos despues de estos 15 anos de odio. Que asi sea!

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