Lo que quiero que me traiga el viento – Soledad Morillo Belloso

Por: Soledad Morillo Belloso

Soledad Morillo Belloso

Escribí ya sobre las cosas que quiero que se lleve el viento. Pero en este artículo, que será el último que escriba en 2019, toca pedirle a ese mismo viento y a otros.

Quiero que un viento, fuerte y fresco, me traiga solidez de espíritu y templanza de carácter, que me  son indispensables para continuar en esta lucha por Venezuela en la que tantas veces sentimos la tentación de tirar la toalla.

Quiero paciencia, mucha paciencia, toneladas de paciencia, para poder seguir hablando con esa gente con la que no estoy de acuerdo y que es precisamente con la que tengo que hallar el modo de edificar puentes, construir caminos y sembrar campos. Es fácil hablar y llegar a acuerdos con personas que nos gustan y con las que compartimos posiciones. Ah, lo «atrinca» es hacerlo cuando sentimos que hay distancia. 

Quiero creatividad, en el fondo y en la forma,  para que se me  ocurran nuevas ideas y nuevos modos de hacer para poder ayudar más y mejor a los que lideran.

Quiero que el ventarrón me traiga  palabras nuevas, para rellenar páginas que tengo en blanco. Quiero verbos no conjugados, adjetivos por estrenar, sustantivos que despierten, una gramática que me permita emocionar y hablar con todos, un glosario de vocablos que se entrelacen. Quiero que ese ventarrón venga cargado de inspiración para escribir textos en el lenguaje de la pasión  que la gente pueda leer y hacer suyos.

Quiero que el viento mude de casa mis pensamientos, mis emociones, mis apasionadas sensaciones. Quiero que un nuevo techo cobije mis letras, mis sueños y mis ilusiones.

Quiero que ese enérgico viento me muestre nuevas nubes con formas dulces y  sin esquinas afiladas. Quiero que espante de mis paredes las tristezas y que me ayude a secarme las ojeras.

Quiero que el viento me desordene el pelo, que me bata la falda, que me haga correr en la playa y que haga crespos en las olas que parezcan suspiros de pueblo.

Quiero que una ventolera de risas me amaine las rabias, que me haga abrir las manos y usar los dedos para escribir esperanzas. 

Quiero que el viento me regale unos añitos más para terminar todo lo que tengo pendiente por hacer. Que me regale el tiempo para por fin escribir al menos los primeros párrafos de esa nueva historia lo que tanto esfuerzo nos ha costado hacer.

Lea también: «Lo que quiero que se lleve el viento«, de Soledad Morillo Belloso

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