Soledad Morillo Belloso

Los lobos cazan en manada – Soledad Morillo Belloso

Por: Soledad Morillo Belloso 

Hay pocos lobos solitarios. De hecho, los que lo son tienden a una corta vida. La subsistencia  y la fortaleza está precisamente en que son animales que entienden el poder de la manada.
Los liderazgos de oposición compiten entre sí por la candidatura presidencial. La gente -es decir, ese conjunto tan variopinto que es el electorado- está muy confundida. Al lío de varios partidos con la misma nomenclatura (algo que deberia estar claramente prohibido, si el CNE y la sala electoral del TSJ hicieran su trabajo por el que muy bien se les paga), se suma el no menos enrevesado percance de los  Tityus discrepans (léase, alacranes), de los trashumantrs que se han mudado de organización política y, también,  para completar la enrediña,  los lobos solitarios.
Juan y Pedro y María y Juana y un largo etcétera no entienden nada. Y cuando entienden, pues prefieren esperar que alguna vez se pongan de acuerdo los aspirantes, los partidos, las ong.
Como éramos muchos y parió la abuela, ahora, dentro de los partidos, hay pleito por la candidatura a las primarias. Y el lío es cualquier cosa menos elegante. El electorado ve con grima el lío y se pregunta, con justa razón,  a dónde diantres fue a parar la razón.
En la manada de lobos hay uno que es reconocido como el líder.  No es por cierto el más grande, el más hermoso, o el que aúlla más fuerte. Es el que tiene las dotes para dirigir las acciones, el que se preocupa y ocupa de la manada, el que la protege, el que sabe cómo hacer de la cacería un acto conjunto. Cuida de los cachorros, de los débiles  y las madres, y se asegura que de aquello que cacen se alimenten todos.
Tampoco el oficialismo, o como lo quieran llamar, está trabajando con la inteligencia e intuición de los lobos. Entre ellos también hay pleitos inútiles.  Tienen a su favor que están en el poder. Pero tampoco hay un líder de la manada. Hay a lo menos tres o cuatro dedicados a las zancadillas.
Un lobo alfa se convierte en el líder cuando ordena sus prioridades. Cuando entiende que lo que importa es la manada.

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