"El sol, la luna y las estrellas", de John Belisario... 50 años después

«El sol, la luna y las estrellas», de John Belisario… 50 años después

 

EL SOL, LA LUNA Y LAS ESTRELLAS.

Composición y arreglo de John Belisario.

 

En 1969, el trío que integrábamos John Belisario (guitarra eléctrica y voz), Donato Villalba (bajo eléctrico y voy) y yo en la batería, decidió abandonar el rock que nos había formado para dedicarnos al jazz, que cada vez nos seducía más, y a la nueva música venezolana bajo el impacto que nos dejó Aldemaro Romero con su Onda Nueva. El cambio fundamental fue el de John, de la guitarra al piano.

Ese año se dio el Festival de Música Experimental Venezolana, organizado por Nelson Millán. Allí participamos con tres composiciones de John, una de ellas “El sol, la luna y las estrellas”.

A partir de esa presentación conformamos un cuarteto de voces, dos femeninas -Aracelis Valero y Antonieta Méndez- y dos masculinas -Saulo Bujanda y Oscar Mejías-. Además, incorporamos a Miguel Ángel Trujillo con la guitarra acústica. Tuvimos bastante éxito, la verdad sea dicha. Éramos unos “carajitos” simpáticos y originales, como nos referían.

Tiempo después salieron las muchachas y fueron sustituidas por Elizabeth Rodríguez y Mayita Romero, que venían de Las Bucaneras. Con ellas entramos al estudio de grabación. Una de las piezas grabadas –“El Moscón”, del maestro Vicente Emilio Sojo- fue incluida como “Criollísima de la semana” en Radio Capital. Y toda esa felicidad llegó, creo, hasta 1971.

Cincuenta años después, John decide revivir la experiencia. Las voces femeninas son ahora Cecilia y Silvia Romero, hermanas de Mayita; Oscar permanece en su mismo puesto y se incorpora el profesor Néstor Zavarce.

Tristemente, Donato se nos fue el año pasado. John, entonces, decidió que él mismo haría el bajo con su teclado. Y al trío que completábamos Miguel Ángel y yo se sumó Aquiles Báez con el cuatro, viejo compinche de aquellos sabrosos tiempos.

Grabamos de manera muy precaria, con nuestros celulares y en nuestras casas, sólo viéndonos a la distancia, casi por señas. Carentes de algún equipo profesional -básicamente micrófonos- y sin ninguna experiencia en el arte de grabar y mezclar, John guapeó lo mejor que pudo y finalmente logró esta pequeña muestra. Ojalá les guste.

Yo, por mi parte, confieso haberme quitado cincuenta años de un solo guamazo. Tan privilegiada felicidad se agradece.

 

CMR.

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