Triste – Soledad Morillo Belloso

Por: Soledad Morillo Belloso

Soledad Morillo Belloso

La palabra «triste» ha empapelado la historia de la poesía y la música hispanoamericana. Quizás porque a pesar de lucir muy festivos y ser muy dados a la pachanga, lo que escondemos tras esa fachada de alegría es una honda y densa  tristeza.

Acaba de morir José José. Y yo no puedo ni quiero disimular mi pesar. Su voz impregnó mi historia personal. Acompañó cada uno de mis intrincados despechos (latinoamericana que se precie ha vivido varios despechos, aunque estatutariamente lo niegue por aquello de no permitir que su dignidad se ha hecho trizas). 

José José tuvo una vida de luces y sombras. Pero yo me quedo con lo mucho que nos dio, con su voz, con su estilo elegante, con su dulzura que nunca empalagaba. Me quedo con sus versos cabalgando sobre melodías. Con su compañía en tantos momentos de mi soledad. Con su generosa entrega a un público que primero lo aplaudió y luego lo montó en la nave del olvido.

No lo voy a extrañar. Pues solo se extraña lo que se ha comenzado a olvidar. Seguirá estando en mi repertorio de mujer, haciendo de mis emociones el instrumento de mi pasión. Tristes aquellos que todo les resbala por la pendiente de la indiferencia. 

Lea también: «Clarito como el agua«, de Soledad Morillo Belloso

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