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La señora María Ángela Holguín conoce bien a los venezolanos. En el tiempo que ha estado al frente de la cancillería ha tratado con dos presidentes y no sólo con los altos funcionarios del régimen, sino también con figuras opositoras. No olvidemos que antes fue la embajadora del presidente Uribe en el país, de manera, pues, que nos conoce bien. Ella ha tenido un rol muy importante junto al canciller ecuatoriano en la implementación de estos diálogos entre gobierno y oposición bajo el auspicio de la Unasur. Pero como es una mujer sensata e, insisto, que nos conoce, entiende que la cosa no está caminando como debiera. Hoy está citada en la prensa, prácticamente en casi todas las primeras páginas nacionales y regionales: “Le hemos dicho al gobierno venezolano que tratemos de avanzar para que la gente crea en el diálogo.” Porque allí, precisamente, es donde está el problema: la gente no está creyendo en el diálogo. Hubo aquel primer encuentro que fue televisado en cadena nacional. Bueno como hecho político. ¿Pero qué vendría después de eso? ¿Cómo se implementarían las cosas? Allí vendría entonces el trabajo de hormiguita, como se dice popularmente. Pero ese trabajo no se ha visto ni ha llegado a ningún lado.
No ha habido ningún tipo de concesión, por ejemplo, en el tema de los presos políticos. Diosdado Cabello considera -ya lo comentábamos ayer- que una Ley de Amnistía es una falta de respeto. ¿Y cuando se amnistió a los golpistas, a ustedes los golpistas del año 1992, que muchos muertos y mucha sangre dejaron, qué paso?
Por otra parte, se habló, a propósito de la libertad de los presos políticos, de casos emblemáticos como el de Ivan Simonovis. Ramón Guillermo Aveledo declaró que podría darse pronto esa liberación, y se llegó a especular que cuando viniese el Nuncio Parolin el gobierno se lo entregaría directamente como un gesto de buena voluntad.
Ayer, sin embargo, le preguntan a Jorge Rodríguez (que uno no sabe a cuenta de qué el Alcalde de Caracas tiene que opinar de todo, pero en todo caso alardea como uno de los prohombres del régimen) y, con el cinismo y la mala fe que le caracterizan, dijo: “Eso está más allá de la realidad, no sé de dónde sacaste tú que se le iba entregar a nadie a ningún Vaticano. Esas son fantasías, lo de Ivan Simonovis es una comiquita, son fantasías animadas de ayer y de hoy”.
Ya está suficientemente comprobado que la salud de Simonovis está realmente delicada, pero usted, Rodríguez, que es médico, se burla de todo, de la gente, de los enfermos. Demasiado esto.
¿Y en esas condiciones es cuando se va a dar el diálogo el día jueves?
Tenemos, por ejemplo, el tema de los poderes. Hay que hacer una reelección completa en el Consejo Nacional Electoral. A tres Rectores se les ha vencido el período desde hace más de un año ya. Pues bien, la oposición trata de que sea una remoción total. ¿Pero qué dice la señora Blanca Eekhout? “Pueden pedir lo que quieran, pero son sólo tres”. Ante esa actitud de revancha, malcriada, prepotente, déspota, ¿cómo se habla, cómo se entabla un diálogo?
Por lo pronto, según ha anunciado Ramón José Medina, Secretario Adjunto de la MUD, en su twitter: “MUD suspendió reuniones de mesas de trabajo por arremetida y represión injustificada contra los manifestantes”.
Las reuniones están paralizadas hasta que el día jueves se vea hasta dónde se puede avanzar o no. Quizá el jueves sea ya el día crucial, definitivo. Pero mientras continúa una represión salvaje, inmisericorde, inclemente contra el estudiantado venezolano, la oposición venezolana, que debe unirse y superar sus diferencias, tiene que tomar posiciones definitivamente más firmes, seguras y contundentes.