Carta abierta de la Mesa de la Unidad Democrática venezolana a su Santidad el Papa Francisco

Carta abierta de la Mesa de la Unidad Democrática venezolana a su Santidad el Papa Francisco

Querido Santo Padre La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) como representación política organizada de los demócratas venezolanos, se dirige públicamente a usted, desde el afecto y el respeto que le profesamos y del cual nos sentimos orgullosos. Queremos agradecer profundamente su constante preocupación por nuestro sufrido país que, como usted perfectamente conoce, padece una crisis humanitaria sin precedentes, agravada ahora por el autogolpe de Estado perpetrado por el régimen militarista en el poder. Los venezolanos sufren por falta de comida, por falta de medicinas, por la violencia de las fuerzas represivas del Estado y de los grupos paramilitares del gobierno, y ahora por el autogolpe de Estado, que ha terminado por quitarle al pueblo su Constitución y la posibilidad de resolver esta dolorosa crisis por medio de las elecciones. Usted no sólo ha señalado las constantes violaciones a los derechos humanos que se cometen hoy en Venezuela, sino que ha expresado en numerosas oportunidades que si no hay garantías y “condiciones muy claras” por parte del régimen, no hay posibilidad ni de diálogo ni de resolver esta gravísima crisis humanitaria y política. Los venezolanos estamos hoy más unidos que nunca en torno a la demanda de un cambio político en el país. Y los factores que conforman la Mesa de la Unidad Democrática también lo están, tanto en sus propósitos como en sus acciones. La última evidencia de esto es el reciente Manifiesto, firmado por unanimidad y sin excepción alguna por todos los partidos políticos de la Unidad esta misma semana, en el que se señalan claramente los objetivos unitarios de esta lucha, a fin de restituir el orden constitucional en el país: 1) Que se restituya de manera inmediata el ejercicio del derecho a las elecciones, con un Consejo Nacional Electoral imparcial apegado a la ley, con la participación de los líderes políticos que están presos o inhabilitados y con observadores internacionales que garanticen la legitimidad y legalidad de los resultados. 2) Que por ser Nicolás Maduro el responsable de la ruptura del orden constitucional, se activen los distintos mecanismos que permite la Constitución la celebración de una elección presidencial anticipada este mismo año 2017. 3) Que se fije de manera inmediata un cronograma electoral integral que también garantice la celebración en 2017 de las elecciones de Gobernadores y Diputados Estadales que correspondían en diciembre de 2016, y las de Alcaldes y Concejales que corresponden en diciembre de este año. 4) Que permita la activación de un canal humanitario para atender las necesidades básicas en medicinas y alimentos de nuestros ciudadanos. 5) Que respete a la Asamblea Nacional como poder independiente y se le devuelvan las competencias usurpadas por el Gobierno y el Tribunal Supremo de Justicia, 6) Que libere a todos los presos políticos. 7) Que desmovilice a las fuerzas paramilitares y desista de distribuir 500.000 armas a civiles afectos al gobierno. Además de estar unidos –sin excepción- con respecto a estas demandas y acciones, y con respecto a su afirmación reciente sobre la necesidad de un diálogo con condiciones, la Unidad ha hecho suyos los planteamientos del Secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin. El cardenal Parolin ha señalado como necesarios para cualquier diálogo futuro, a saber, que el gobierno cese en la represión militar, policial y en la de los grupos paramilitares que hoy afecta a las manifestaciones pacíficas del pueblo venezolano; que reconozca la autoridad y autonomía constitucional de la Asamblea Nacional; que libere a los presos políticos, y que facilite la ayuda humanitaria internacional, cuyas condiciones el gobierno no dado señal alguna de querer cumplir, y es está intransigencia la que ha llevado al fracaso a dos intentos precedentes, en 2014 y 2016, en los cuales la Santa Sede ha participado. Los venezolanos nos sentimos defraudados por un diálogo sin resultados, en el cual la intención gubernamental ha sido más propagandística que sustancial, desprestigiando así a ese valioso instrumento e intentando, sin éxito, desmoralizar a la opinión pública y dividir a la coalición opositora. En ese mismo camino se ha situado la Organización de los Estados Americanos, que a raíz de los informes precisos que ha presentado su Secretario General, Luis Almagro, al Consejo Permanente, y que son consistentes con lo anterior, ha pedido, recién y como efecto, una reunión de Cancilleres para dialogar sobre las vías más apropiadas para resolver sobre la crisis venezolana. Y la Conferencia Episcopal venezolana ha sido también muy clara en cuanto a la exigencia de condiciones, la primera de las cuales es un cronograma electoral para permitir que el pueblo se exprese, antes de pensar en cualquier tipo de conversaciones con el régimen. La Unidad, de manera unitaria y sin excepciones, ha dejado claro ante los venezolanos y ante el mundo que el único diálogo que se acepta hoy en Venezuela es el diálogo de los votos como único camino para destrabar la crisis y restablecer la democracia hoy secuestrada en Venezuela. En esto, de nuevo, querido Padre, no hay divisiones ni desunión en la Unidad venezolana. Le saludamos respetuosamente y con profundo y reiterado afecto, Su Santidad Francisco, y rogamos de usted sus bendiciones, para todo el pueblo de Venezuela que le ama y ora todos los días por usted. Atentamente, Mesa de la Unidad Democrática Caracas, 30 de abril de 2017

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