El día de hoy, les traigo la entrevista que le realicé para mi programa de radio En Conexión al Dr. Carlos Blanco, quien es Economista, estratega político y profesor universitario.
CMR: Vamos a la ciudad de Boston donde está el doctor Carlos Blanco, destacado economista, profesor universitario y todo un estratega político. Él, desde prácticamente el momento en que María Corina Machado decide entrar en la arena política – cuando sale de Súmate para convertirse en dirigente, en activista –, el doctor Blanco ha sido de las personas más allegadas a ella y, sin duda, entre sus principales asesores. Vamos a conversar con él, cuando estamos por cumplir un año de aquel histórico 28 de julio del 2024.
Carlos, muy buenos días. Muchísimas gracias por atendernos y recibirnos en la mañana de hoy.
CB: Buenos días, César Miguel. Un placer estar aquí contigo.
CMR: Carlos, estamos a semanas del 28 de julio del 2025, ¿qué balance haces del año transcurrido?
CB: Sin ninguna duda, el 28 de julio del año pasado se logró una victoria monumental, que a pesar de que algunos la quieren disminuir, realmente es una victoria electoral, una victoria política. Además, se logró por primera vez de una manera fehaciente en este cuarto de siglo de chavismo y madurismo, demostrar esa victoria. Y obviamente la sociedad venezolana siente – con razón –, que hay una deuda que debe ser pagada por parte del régimen. Es decir, el cobro de esa elección está pendiente.
Entonces, obviamente, el que eso no haya ocurrido es motivo de insatisfacción, porque es una decisión del pueblo de Venezuela la de lograr que esa victoria de Edmundo González Urrutia sea reconocida. Pero al mismo tiempo hay que decir que hay un proceso que está en marcha.
Por una parte, la victoria electoral del 28 de julio, que está pendiente, ha impedido que otras elecciones puedan sustituir, ocultar o negar ese proceso electoral que ocurrió.
Si nosotros vemos todo este año, es un año en que se ha mantenido el liderazgo de María Corina, se ha consolidado un apoyo internacional fundamental y se ha logrado que la estructura interna del régimen se fracture en alguna medida, aunque todavía sus efectos faltan por verlo. También se ha tomado una conciencia importantísima. Por ejemplo, las elecciones que el régimen convocó para gobernadores fueron unas elecciones en las que no participó la inmensa mayoría de la sociedad, no porque los ciudadanos venezolanos se hayan convertido en abstencionistas, sino porque no puede haber elecciones nuevamente si no se respeta el resultado del 28 de julio.
Y ahora yo creo que pasamos una nueva fase, una fase en la que todo este periodo que ha sido buscar una salida en la que el régimen entienda que tiene que aceptar la voluntad de la sociedad venezolana. Ahora, pienso yo, debe intensificarse la lucha nacional e internacional para obligar al rey régimen y a los factores que lo sostienen a aceptar esa victoria.
CMR: Carlos, recién se incorporó a la Academia de Ciencias Económicas y Sociales el Dr. Roberto Briceño León, un destacado sociólogo venezolano y analista de nuestro acontecer histórico. Y decía Briceño León en su discurso que el 70% de la población venezolana hoy por hoy es pesimista. Pesimismo frente al presente, pesimismo frente al futuro.
Y quizá ese pesimismo se traduce en que la oposición a lo largo de este cuarto de siglo ha tratado de todo, y en todo ha fracasado. Se ha enfrentado a un régimen inescrupuloso, criminal, un régimen que actúa como una organización del crimen organizado, que en efecto lo es. Y frente a ello, todas las opciones políticas se estrellan. La electoral, por ejemplo.
Dicen entonces: “Bueno, será momento de buscar otras opciones”.
Si es así, ¿cuáles serían esas otras opciones, Carlos?».
CB: Yo creo que Venezuela se aproxima a un levantamiento popular, social, de mucha importancia. Porque las condiciones socioeconómicas de los ciudadanos son terribles, porque el régimen cierra todas las válvulas de expresión. Es decir, no es que utiliza solo la represión contra el equipo de María Corina, contra las fuerzas de la oposición, contra dirigentes como Juan Pablo Guanipa y tantos otros, sino que el régimen está asfixiando a la sociedad venezolana, le está impidiendo expresarse, organizarse.
Acabamos de ver lo de Mérida: se organiza en todo el país una gran jornada de apoyo a los ciudadanos de Mérida afectados por las inundaciones, y llegan la Guardia Nacional y la policía a impedirle el paso a los motorizados, cuando cientos se congregaron para llevar esa ayuda. Ahí estamos viendo una fuerza popular que va a expresarse muy pronto. Yo creo que eso está allí con fracturas en el mundo militar y policial que van a dar cuenta del régimen.
Así como ha dicho Maduro: si el régimen no se va por las buenas, se va a ir por las malas. Esa es mi visión sobre el asunto.
CMR: Carlos, hablando de levantamiento popular, ¿cómo es ese levantamiento popular? ¿Cómo se dirige? ¿Cómo se coordina?
Tuve esta semana una conversación con John Magdaleno, que es un politólogo venezolano. Y Magdaleno, analizando las circunstancias del 28 de julio, hizo hincapié en cómo el 28 de julio se gana una elección y el 29 de julio sale espontáneamente el pueblo a la calle, y sale a derribar las estatuas de Hugo Chávez que, como sabemos, es sumamente simbólico. Cuando empezaron a caer las estatuas de Lenin y Stalin, pues ya se dijo mucho.
Pero atribuyó Magdaleno que no hubo coordinación ni dirigencia política en ese momento y de allí el fracaso de esa de esa levantada. Me gustaría un comentario tuyo al respecto, por favor, ya que has hablado de levantamiento popular.
CB: Sí, yo creo que efectivamente había la energía popular suficiente para avanzar. Sin embargo, la idea que predominó, que muchos tuvimos en ese momento, es que la contundencia de la victoria electoral era de tal naturaleza que obligaría al régimen a una negociación para una transición pacífica. Hubo una idea de que era posible esa transición pacífica ante la evidencia masiva del resultado electoral. Eso no ocurrió. Uno ahora puede decir que ha debido apelarse a otra vía en ese momento, pero no se hizo.
Ahora creo que el régimen ha cerrado esas vías de negociación y que el país, en algún momento, organizándose como está, organizándose de manera sumergida – porque no es posible hacerlo de manera abierta –, expresándose a través de los resquicios que permiten las redes sociales, el boca a boca y las relaciones entre grupos que organizados, está preparándose para el cambio político en Venezuela.
Yo creo que eso viene, yo creo que eso se espera, yo creo que la gente lo busca.
CMR: Carlos, como última pregunta, has dicho algo muy importante: hace un año, dada la contundencia de la victoria y dada la movilización espontánea y popular, ustedes, algún grupo de los dirigentes opositores, estaban persuadidos de que sectores fundamentales del régimen se sentarían a negociar. Pero ya conocemos el talante de los que están allí en el alto gobierno. Un talante absolutamente obtuso, canallesco. No se prestan para nada. No hay negociación posible en ellos. Hay una tos que presión. Una y regresamos.
CB: Operación Guacamaya con el régimen. Eso es lo que le sale al régimen. Operación Guacamaya. Es decir, tratar por todos los medios de lograr la libertad en el país con apoyo nacional e internacional. De eso se trata: de organizarse de manera sumergida, clandestina, para que el país pueda emerger en el momento adecuado para dar cuenta del régimen de Maduro. Esa es mi visión sobre el tema.
CMR: ¿Y estamos cerca de ese momento Guacamayo?
CB: Mira, no quisiera hablar de tiempo, porque cuando hemos hablado de tiempo, hemos cometido errores. Pero hacia allá vamos. Hacia la Operación Guacamaya del país.
CMR: Carlos, te agradezco inmensamente esta conversación durante estos minutos en la mañana de hoy. El Dr. Carlos Blanco desde la ciudad de Boston.