Entrevista a John Magdaleno

Hoy les traigo la entrevista que le realicé para mi programa de radio en Conexión a John Magdaleno, destacado politólogo y profesor universitario venezolano:

 

CMR: Estamos iniciando el mes de julio. Y ya estamos cerca de que se cumpla un año del proceso electoral del 28 de julio en Venezuela, donde ganó de manera abrumadora, comprobada, Edmundo González Urrutia, derrotando a Nicolás Maduro.

Frente al desconocimiento de la voluntad popular, leo, el sociólogo Roberto León Briceño, quien recién se ha incorporado a la Academia de Ciencias Económicas en Caracas, dijo que, según un estudio, 70% de los venezolanos estaban más pesimistas respecto al futuro del país: “La oposición con María Corina Machado en la clandestinidad luce desmovilizada, y otros factores políticos con crisis de credibilidad han intentado sin éxito mantener la movilización electoral a propósito de los procesos comiciales que corresponden a este año”. Porque hay elecciones este en este mismo mes.

En ese contexto, parece lejana una transición democrática en Venezuela.

Y entonces citan al politólogo John Magdaleno, quien fue entrevistado por Efecto Cocuyo: “Magdaleno sostiene que la llegada del anhelado proceso no es imposible, pero depende del encadenamiento de variables que en los actuales momentos no se están dando”.

¿Cuáles serían esas variables? Vamos a preguntárselo directamente a John Magdaleno.

John, muy buenos días. Gracias por atendernos en la mañana de hoy.

 

 

JM: Buenos días, César. Gracias por la invitación. A la orden.

 

 

CMR: Del encadenamiento, ¿de qué variables hablas para superar la crisis?

 

 

JM: Déjame poner esto en contexto para que no se pierda de vista lo sustantivo.

Como bien sabes, y como sabe mucha gente, tengo 11 años estudiando casos reales de transición a la democracia. En verdad, desde 1900 hasta 2019, se han producido 145 episodios exitosos de democratización en el mundo. 145, repito, entre 1900 y 2019.

A mí me han interesado especialmente los casos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, dado que es el evento del siglo XX que reconfigura el orden internacional. Así que esos casos posteriores a la Segunda Guerra Mundial hasta 2019, son 120. Y al final del año pasado, después de unos largos 11 años, culminé la investigación de 120 casos.

Así que esa investigación, contrario a lo que mucha gente piensa, arroja algunos aprendizajes. Porque, desde luego, cada caso de transición y cada sociedad tiene sus peculiaridades, pero sí hay regularidades tras el estudio de los 120 casos. Sí se consiguen algunos patrones. Y esto desde luego es muy importante, porque desafía la intuición preliminar con la que todo el mundo se aproxima al tema.

Estos patrones se traducen, entre otras cosas, en un encadenamiento de variables frecuente. Es decir, la presencia concomitante de un conjunto de variables que intervienen primero, obviamente, en el debilitamiento del régimen no democrático de que se trate. En segundo lugar, ello contribuye, por lo regular, a una crisis de legitimidad, en la mayor parte de los casos, del régimen autoritario. Y en tercer lugar, abre la compuerta para esto que conocemos como “transición a la democracia”, que no es otra cosa, para usar una vieja definición, que un intervalo de tiempo y de procesos en los que se produce la caída o la transformación de un régimen político y la emergencia de otro.

Bueno, esas variables que suelen estar presentes son, en primer lugar, una movilización colectiva de envergadura. Pero esto no remite o no se refiere solamente a algunas pocas protestas. Por lo regular, en la gran mayoría de los casos que he podido estudiar de estudiar, hay un ciclo de movilización colectiva, verdaderamente masiva, y por lo regular no violenta.

Este carácter masivo, que puede tener mayor impacto, fue muy bien estudiado por Erica Chenoweth y María Stephan. Y María Stephan más recientemente ha publicado varios trabajos sobre esta materia. Ellas establecieron un umbral aproximado – no hay que leerlo de forma literal –, a partir del cual la presión que un ciclo de movilización colectiva ejerce es mucho mayor y suele tener algunos impactos entre la coalición dominante. Ese umbral era el 3.5% de la población, lo que tendría que llegar a movilizarse para que ese ciclo de movilización, en efecto, tenga algún impacto. Y claro está, esa es apenas la primera variable. Ya se conocen dos casos, ciertamente, en los que tal cosa no ocurrió, pero esto depende de otras variables que tienen que ser encadenadas.

Una segunda variable, cada vez más frecuente desde la tercera ola de democratización que arranca en la década de los 70, es el uso de las elecciones. Pero aquí hay una representación colectiva equivocada sobre la utilidad de la elección en un régimen autoritario. Se piensa que la elección por sí sola es la que puede ofrecer la salida o la transferencia del poder. No, no, no.

Yo lo he explicado muchas veces, pero parece que no se entiende. Y de cara al 28 de julio pasado parece que no se entendió, sobre todo en un contexto en donde yo dije 6 meses antes que lo más probable es que se produjera un fraude en Venezuela. Eso era lo más probable, en virtud de la tan abultada brecha que se registraban los estudios de opinión pública a favor de la candidatura de González Urrutia.

Lo dije 6 meses antes. Y, sin embargo, pese a que en efecto se utiliza la participación electoral masiva, luego de la elección del 28 de julio no ocurre más nada, entre otras cosas, porque el liderazgo no encadena variables. Es decir, a la participación electoral masiva había que encadenar un ciclo de movilización colectiva que debía arrancar el lunes 29, a más tardar.

Y en efecto, de forma espontánea, se produjeron protestas en no menos de 65 ciudades del país. Y lo único que faltaba era una instrucción política para que se produjera el ciclo de movilización de manera mucho más masiva. Bueno, tal instrucción nunca llegó.

La tercera variable que suele estar presente en el encadenamiento más frecuente es una situación económica negativa. No es lo que está presente en todos los casos de transición. Atención. Es lo que suele estar presente en un número elevado de casos.

Una cuarta variable que está encadenada es la apertura de un ciclo de negociación privada, un ciclo de negociación privada con algunos factores de poder. Y ese ciclo, obviamente, se vuelve cada vez más importante en la medida en que estas presiones sobre el régimen autoritario empiezan a hacer efecto en la medida en que se van divorciando agendas de intereses de algunos factores de poder muy significativos. Pero claro está que la negociación no puede avanzar si no se formula una oferta de garantías e incentivos.

Y una última variable que suele estar presente es alguna modalidad de presión externa, pero que no necesariamente tiene que ver con una presión de tipo militar.

Entonces, este es el encadenamiento más frecuente que está presente en la mayoría de los 120 casos estudiados. Parece que esto no se termina de entender, César, que no es una sola variable la que puede permitir una transición.

 

 

CMR: Fíjate, John, por lo que acabas de explicar, hace un año se estuvo muy cerca de coronar el cambio importante que quieren todos los venezolanos. Faltó la decisión, la convocatoria que hilvanara las protestas.

Bien, pero de tu explicación se deriva que, a la fecha de hoy, casi un año después, nada de eso está. Y eso puede explicar el estudio que mencionaba Briceño León, que da un 70% de pesimismo en el venezolano.

¿Quiere decir que se perdió todo? ¿Quiere decir que estamos con las tablas en la cabeza en este momento? ¿Que no hay opción alguna?

 

 

JM: No lo creo, César. No lo creo. Hay un gran saldo de la jornada del 28 de julio próximo pasado. El gran saldo es una crisis de legitimidad de envergadura del régimen autoritario venezolano.

Entendamos lo siguiente: la legitimidad sobre la cual descansan o se apoyan los regímenes autoritarios tiene poco que ver con la que permite el funcionamiento de regímenes democráticos. En regímenes democráticos seleccionamos autoridades conforme al principio de legitimación popular, una mayoría de votos va hacia una de las candidaturas y eso es lo que permite facultar a esa a esa persona como un representante legítimo, es decir, como una autoridad que tiene la capacidad de tomar decisiones colectivamente vinculantes, decisiones de cumplimiento.

En los regímenes autoritarios, aunque obviamente hay algunos rituales parecidos a los democráticos, particularmente en autoritarismos competitivos, no así en autoritarismos hegemónicos o autocracias cerradas que operan muy distinto. En estos últimos tipos, importa mucho más el consentimiento que le otorgan a los principales decisores factores de poder. Factores de poder.

Entonces, lo que creo que no operó en su debido momento, es decir, una crisis de legitimidad no es cualquier cosa y en efecto creo que esto está teniendo un impacto corrosivo a lo largo de la estructura de poder, como lo hemos conversado en el pasado. Lo que faltó, además del inicio o del acompañamiento por parte del liderazgo político de un ciclo de movilización colectiva. Eso faltó cuando había condiciones para tal cosa, porque los sectores populares fueron los que iniciaron las protestas, y en un número que no era nada despreciable. Faltó simultáneamente el inicio con mucha antelación de un ciclo de conversaciones privadas con factores de poder, y faltó una oferta de garantías que se le presentara a tiempo.

De paso, se cometen errores como este: los interlocutores naturales que ya existían con factores de poder son inhibidos. Se intenta que otros interlocutores inicien ese ciclo de conversaciones privadas, y esos otros interlocutores no eran interlocutores válidos para factores de poder.

Entonces, ¿cómo puede haber una negociación en esas en esas condiciones? Errores gravísimos, errores estratégicos, y la presión no ejerce el efecto buscado.

 

CMR: Como última pregunta, ¿de quiénes estás hablando? ¿Quiénes fueron los interlocutores que no tenían validez política?

 

 

JM: Bueno, para no decirlo con nombre y apellido y no personalizar el debate, el principal liderazgo decidió que tres interlocutores que ya existían y con los cuales había canal abierto con factores de poder, no podían llevar adelante las conversaciones, sino que tenían que ser otros, designados por el principal liderazgo.

No me quiero meter en el detalle de los nombres para personalizar el debate, pero lo que estoy diciendo es riguroso, porque yo sí tengo la evidencia en la mano y sé quiénes son, pero no me quiero meter en el debate de los nombres.

 

 

CMR: Muy bien. Pero creo que ha quedado perfectamente claro, ¿no? No los mencionaste, pero me parece muy bien.

Muy interesante todo lo que nos has explicado. Muy interesante, de verdad. Muchísimas gracias, John, por estar con nosotros en la mañana de hoy.

John Magdaleno es un destacado politólogo y profesor universitario venezolano.

 

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